Finalmente SALIÓ, bueno… solo dejó salir a sus ojos, apenas lograba abrirlos, la luz era muy brillante, le picaban y todo le pareció muy abrumador. Pasaron unos días, casi se auto convenció nuevamente de que no tenía que buscar nada en la superficie, a fin de cuentas, ya tenía todo lo que necesitaba, excepto algo de emoción, como la que se apoderó de ella cuando descubrió una tonalidad diferente de azul en el cielo visto tan de cerca.
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Diario de una escritora aficionada
Short StoryEsto no es una historia. No tiene principio, desarrollo y final. Dentro de mí hay una escritora y a veces toma el control, ella no conoce de límites, de secretos o de privacidad. Ella solo lo deja salir todo, sin filtro y a veces exagera, se inventa...