Te extraño.
Te extraño tanto que apenas puedo manejarlo.
Te extraño de una manera tan silenciosa que extrañarte forma parte de mi rutina e incluso se me olvida quien era antes de extrañarte y eso me aterra. Me muero de miedo de olvidar, de que mis recuerdos solo sean las fotos que quedaron...como los primeros años de mi vida que los recuerdo más por los álbumes que por mis memorias.
Te extraño a cada hora, en cada momento y lo peor es que duele recordarte porque me acuerdo de que no estás y de que no volverás, que no hay forma posible de volver a escuchar tus patitas correr detrás de mí, que no podré acariciarte y sentir tu hocico frío contra mi mejilla, que no podré abrazarte o al menos intentarlo sin que me gruñas un poquito porque te aprieto mucho, que no te recostarás de mí cuando me siente en los escalones, que no te acostarás sobre mis chanclas o te colarás en mi cuarto cuando mi papá no esté en casa... No puedo soportar la idea de que ya no tengo un hermano, de que no me mirarás como si pudieras ver a través de mí y de todos mis escudos, directo al alma, como si no hubiera maldad en el mundo y como si no necesitaras nada más que mi cariño para ser feliz.
Te extraño y me duele lo feliz que fui y que no volveré a ser nunca porque eres y siempre serás el perrito de mi vida, aunque no me dejaras cargarte y me mordieras los pies cuando entraba a la cocina. Te merecías más tiempo en este mundo, en 12 años hiciste por mí más que la mayoría de los humanos que conozco, había más amor en tu espera fiel en la puerta y tu alegría genuina al verme llegar que en todas las promesas no cumplidas por personas que hoy ni sospechan lo especial e importante que eras y siempre serás para mí.
Te extraño mi precioso, te extraño porque nunca creciste para mí, porque confiaba en tí, porque me cuidabas, porque me celabas, porque me escuchabas, porque jugabas conmigo, porque no soportabas que te dejaran fuera y así te ganaste un lugar en mi familia e hiciste de nuestra casa un hogar.
Te amo mi negrito y sé que lo intentaste, sé que no te rendiste, que querías quedarte y sé que te despediste...
Nunca te olvidaré.
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Diario de una escritora aficionada
Short StoryEsto no es una historia. No tiene principio, desarrollo y final. Dentro de mí hay una escritora y a veces toma el control, ella no conoce de límites, de secretos o de privacidad. Ella solo lo deja salir todo, sin filtro y a veces exagera, se inventa...