Capítulo 24

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Saludo a Alondra por la mañana y ya vestida salgo del departamento para ir a la Editorial por uno pendientes y por supuesto para traer el desayuno.

No hay nadie y todo está en silencio. Llego a mi módulo y con la llave abro la cajonera.
Sacó los documentos que voy a trabajar estos días y vuelvo a cerrar bajo llave.

Cuando voy a cruzar la puerta escucho unos ruidos en la sala de juntas.

Dicen que la curiosidad mata al gato, bueno, pues está vez me mató a mí.

Me acerco sigilosamente y abro la puerta lentamente. Lo que observo me deja boquiabierta.

Gretel, se encuentra acostada en la mesa de piernas abiertas y encima de ella está...

Mi mandíbula cae, mis ojos se abren como discos y cierro la puerta en un movimiento rápido.

"Ay Dios"

Salgo de la Editorial y me dirijo a la cafetería más cercana.

¿Gretel no estaba incapacitada? Porque yo la vi mejor que nunca con...

—Ay Dios—Pido dos bagels y dos lattes en la barra y pago devolviendole la sonrisa al cajero.

"Nunca debí haber visto eso"

Giro mi cabeza y el cartel color rosa fosforescente llama mi atención.

"Se solicitan meseras"

Creo que sé quién puede ser de ayuda.

Salgo de la cafetería con mi orden en manos y me dirijo al metro para irme a casa.

Más tarde Alondra y yo nos encontramos comiendo y platicamos de trivialidades, sin embargo, mi cabeza parece estar en otra sintonía.

—¿Qué tienes Mack? No has dejado de ver al limbo en casi, media hora, ¿Pasa algo por lo cual debería preocuparme?—Pregunta haciendo que la mire con una mueca.

—No para nada, es sólo que vi algo que no tenía que haber visto—Mi corazón se vuelve a apretar preso de la angustia.

—Vaaaale, bueno yo iré a buscar trabajo de lo que sea mientras se hace el papeleo en migración ¿Conoces algún lugar en dónde  necesiten manos extras?

"El cartel"

—De hecho sí, hay una vacante de mesera en una cafetería a cuatro cuadras de la Editorial, puedo acompañarte si gustas—Ella asiente terminandose el desayuno. Limpiamos, ordenamos y espero a que se cambie para poder salir.

Tomamos el metro y camino con ella bajo el sol del medio día. Llegamos y el mismo chico que me atendió en la mañana está haciendo la limpieza al frente de la Cafetería.

Mi hermana pregunta por la vacante y éste le asiente llevándola dentro.

Mi mente no para de evocar aquella imagen y me obligo a mandar el mensaje de texto.

MH: Tengo que verte

Espero unos minutos pero no me contesta.  Está en línea,  sin embargo ni siquiera me deja en visto. Se desconecta y a mi se me aprieta el estómago.

Dios... No me puedo quedar así, es decir, no es asunto mío, pero lo que vi...

"Qué bruja"

Y con quién menos me lo imaginé.

Repulsión es lo que siento ahora, es decir, estaba cogiendo con precisamente esa persona.

Vuelvo a meterme a las conversaciones y el de él ahora se encuentra con dos palomitas en color azul.

Insaciable Deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora