Capítulo 36

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James

Cierro la laptop que tengo sobre las piernas luego de mandar el correo a finanzas y me peino el cabello por tercera vez. Tengo algunos problemas con una de las empresas que manejo, pues tengo en mi poder empresas y hoteles. Éstas se encuentran en Canadá, Reino Unido, Australia, México y Málaga, por lo que debo estar viajando casi todo el tiempo al tener demasiado trabajo.

Hace un tiempo quería manejar la Editorial de Ashton, pero al ver que empezaba a ocuparse por si solo y a ser un hombre responsable no quise entrometerme más.

No quiero que piense que se la quiero quitar. Muy al principio sí pero ahora es diferente. A pesar de no tener una relación "buena" con él, valoro el gran esfuerzo que hace día con día.

Dejo la laptop sobre la mesa y me quedo parado frente al gran ventanal de mi despacho.

¿Cómo estará Alondra Henderson? ¿Se habrá recuperado?

Tallo mis ojos y le mando un mensaje a mi hermano, me lo regresa con lo que necesito y llamo a Susy, mi secretaria.

—¿Señor? ¿Necesita algo?—Pregunta entrando a la oficina luego de tocar a la puerta.

—Sí, quiero que pidas un arreglo floral que incluya tulipanes—Ni siquiera sé si le gustan los tulipanes—Y me lo traigas a la oficina, que le pongan una nota bajo mi nombre.

—Por supuesto señor ¿Algo más?—Asiento tomando mi saco.

—Cancela todas mis próximas reuniones por favor.

—¿Está usted seguro? Son importantes para la empresa y...—Mi cara sin ninguna emoción la hace callar—Lo haré como me lo pide ¿Desea algo más?

—Que no te inmiscuyas en mis decisiones. Por favor cierra la puerta cuando salgas—Le hago una seña y sale cerrando la puerta como se lo pido con la cara roja.

Vuelvo a pensar en la castaña y trago grueso. Lo que le pasó fue algo muy delicado y quiero saber cómo se encuentra.

Ni siquiera sé porqué lo hago.

Se dió con el culpable de lo que pasó y me encargué personalmente de que se lo llevaran a la cárcel.

Maldito enfermo.

Más tarde mi secretaria trae el arreglo floral, formado por tulipanes, rosas rojas y girasoles, lo agarro con cuidado y salgo de mi oficina.

Manejo a la dirección que Ashton me ha enviado y cuando llego mis manos tiemblan.

¿Qué diablos?

"Tranquilízate".

Subo las escaleras y cuando estoy frente a la puerta, no sé ni qué es lo que voy a decir.

"Tú no eres así"

Toco el timbre meneando la cabeza para disipar los pensamientos negativos y espero a que abran la puerta.

Es ella quién abre la puerta. Lleva puesto un short de lana blanco, pantuflas y una camiseta de tirantes que le llega por encima del ombligo. Está sin maquillar y su cabello está recogido en una coleta desordenada.

—James ¡Hola! ¿Qué haces aquí?—Saluda nerviosa y medio me sonríe buscando a alguien detrás de mí.

—Vine solo—Digo tras carraspear un poco.

—Oh, pensé que Ashton venía contigo—Se hace a un lado—Estos no son mis modales, pasa por favor.

—Gracias—Me giro hacia ella que cierra la puerta y me aclaro nuevamente la garganta—Eh, te traje esto—Digo colocando el arreglo en la mesa más cercana que veo—Quería asegurarme de que te encontraras mejor de...—¡Espabila menudo estúpido!—El incidente.

Insaciable Deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora