Ashton
Mis oídos captan un leve murmullo a mi lado, pero no capto palabras coherentes, solo susurros y unas cuantas risillas. Murmuró algo, pero ni siquiera soy capaz de entender qué fue lo que dije.
Emito un bufido y a la par un quejido y volteo mi rostro en la dirección contraria.
Las sábanas caen y dejan al descubierto mi espalda. Unos toques fríos hacen que frunza el ceño y me volteé lentamente.
Mi sonrisa se ensancha con la personita que veo y mi corazón se acelera.
Mika....
Mi hija.
Con su dedo toca mis espalda y cuando ve que la estoy viendo, se echa a reír. Su risa es una rítmica y tierna melodía para mis oídos, que jamás me cansaré de escuchar.
—¡Papi!...—Vuelve a reír y su cabello caramelo le cae por la frente. Sus ojos azules me detallan y yo estiro mi brazo para poder acariciar sus sonrojadas mejillas.
Me siento en mi lugar y la atraigo hacia mi. Me sonríe y agarra mis mejillas como si fueran de goma.
—Oye, no soy un juguete—La reprimo y ella frunce el ceño meneando la cabeza. Sonrío y con mis manos le hago cosquillas en la panza.
—¡No!—Ríe y grita y le despeino con una mano el cabello, volviéndolo así, más desordenado que antes.
—¿Dónde está mamá?—Pregunto deteniéndome. Ella hace un puchero y con su mano señala la puerta que da a las escaleras—¿Está en la cocina? ¿En la sala? ¿Dónde?
—¡En el jardín!
—¿En el jardín? ¿Qué hace allí?—Pongo un mechón salvaje detrás de su oreja y le doy un beso en la frente.
—Está con Hen—Sonríe y trata de bajarse de la cama. Está por caerse, pero la sostengo rápidamente, impidiendo que se vaya de cara contra el suelo.
—Vamos con ellos entonces—Me quito las sábanas de encima y cargo a mi hija, mientras me pongo las pantuflas.
—Hen... llora mucho—Hace un puchero y se abraza a mi cuello.
—Vamos a calmar a Henry entonces ¿Te parece?
—¡Sí!
Bajo las escaleras y cruzo la sala yéndome directamente hacia el gran cancel de vidrio frente a mí. El sol impacta en mi cara cuando salgo y volteo a todos lados en busca de mi esposa.
Las olas se escuchan a lo lejos e inspiró el aire salado gustosamente.
—¡Allá!—Mika señala con su pequeño dedo hacia enfrente en donde me muestra a Mack con un Henry en brazos, aún con espasmos de llanto.
Mack lleva su camisón grisáceo, encima su pequeña bata y unas chanclas de goma rosadas terminan por definir su vestimenta.
Mack mira al horizonte y yo me acerco lentamente hacia ella. Volteo a ver a Mika y le indico que guarde silencio con una seña. Ella repite lo que hago y asiente.
Mack le da pequeñas palmaditas a nuestro hijo en la espalda y cierra los ojos disfrutando del sol.
Me acerco más a ella y paso mi brazo libre por su cintura, haciendo que se sobresalte.
—Hola preciosa—Digo en un tono coqueto. Ella sonríe en respuesta.
—Me asustaste—Voltea a ver a Mika y le sonríe—Veo que cumpliste con lo que te dije, muy bien cariño. Despertaste al perezoso de tu padre, bien hecho—Se acerca a ella y le planta un beso en la mejilla, alocandola al instante.
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Insaciable Deseo ©
ParanormalMack trabaja para una importante y prestigiosa Editorial en Madrid. Está harta de su vida cotidiana. Busca experimentar y ser un poco más atrevida, más rebelde, no importando las consecuencias. Todo empieza en aquel vagón del metro en dónde conoce...