Capítulo 47

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Ashton

Una confesión.

Un engaño.

Un dolor en el pecho.

Arrepentimiento, dolor, enojo y shock.

Es lo que siento ahora.

Me encuentro parado frente a la ventana sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Sostengo mi teléfono con ambas manos y el corazón me palpita a una velocidad impresionante.

¿Todo pudo haber sido una mentira?

Corro a mi armario y saco una chaqueta.

"Tengo que verla ahora o me volveré loco"

Apago la lámpara y salgo del cuarto sin hacer mucho ruido. Bajo las escaleras y me encuentro a Jolene sentada en la sala con su celular en las manos. Voltea a verme y frunce el ceño.

Tomo las llaves del auto y se para viniendo a mi rápidamente.

—¿A dónde vas?—Pregunta molesta.

Joder, no le interesa.

—Tengo que hacer unas cosas en la Editorial—Respondo sin más.

—¿Ahora?—Asiento—Me voy a poner algo lindo y vamos ¿Sí?

—No Jolene, tengo que hacer unas cosas después de ir a la Editorial.

—¿Qué cosas?

¡Qué puto fastidio!

—Me tengo que ir ya

—¡¿Qué cosas Ashton?!

—¡Voy que ver a Mack! ¿De acuerdo?—Mi tono es tenso—Quítate de en medio Jolene.

—¿Y qué tienes que ver con esa tipa? ¿Quieres que te vuelva a manipular como siempre lo hace? Ashton... ella no te merece, en cambio yo, siempre he querido lo mejor para ti.

"Sí claro, menuda mentirosa"

Tengo que salir ahora.

—Me voy

—¡No me vas a dejar aquí Ashton!—Frunzo el ceño por su actitud tóxica y me burlo en su cara.

—Entonces ya va siendo hora de que te marches y te lo recomiendo,  a menos que quieras tener un problema legal—Abro la puerta y con un guiño cínico cierro la puerta.

Camino... no corrección, corro hacia donde está mi auto y una vez arranco, me dirijo al departamento de Mack. Se está haciendo de noche y necesito arreglar las cosas con ella. 

Después de 20 minutos atrapado en el tráfico, llego a su torre departamental y subo las escaleras como un demente. Llego a su puerta y toco impaciente porque me abran.

Abren la puerta y me encuentro con Aniela.

—¿Ashton?—La hago a un lado y pregunto por ella con la mirada—Está arriba—Señala las escaleras y al pasar por la cocina, Alondra, Cory, una chica pelirroja y mi hermano me ven raro. 

Los ignoro y subo los escalones de dos en dos. Busco su habitación y la puerta está cerrada. La abro un poco y su figura aparece en la cama. Está hecha un ovillo y se me encoge el corazón al verla con mi sudadera. Entro poco a poco y tiene puestos los audífonos. Lleva maquillaje como si hubiera salido y se encuentra con los ojos cerrados. 

—Mack...—La llamo, pero no me contesta. Rozo mis dedos sobre su mano y abre los ojos. Se encuentran llorosos y los vuelve a cerrar balbuceando algo.

—Ya no puedo más con tus visiones, me hieren. No tenerte aquí me está rompiendo, por favor ya.

Frunzo el ceño 

Insaciable Deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora