Por la mañana, empaco a toda prisa mis cosas con lágrimas en los ojos bajo la mirada minuciosa de mamá.
Tuvimos una nueva discusión en la que hirió mis sentimientos y no dejó que me explicará correctamente. No se cansa de decir que su hija es una cualquiera y me duele que sea justo ella la que lo crea y la que lo diga.
Cierro la maleta y paso a su lado sin detallarla. Bajo las escaleras y me encuentro con papá cruzado de brazos.
—¿Ya te lo contó?—Él asiente y se queda estático—¿Y también vas a creer que soy una zorra?
—No te digas así Mack. Tú madre no cree que eres eso ni yo tampoco, sólo te está haciendo ver las cosas.
—Pero papá ¡No me cree! Me duele que sea justo mamá quien haga ese tipo de comentarios. ¿Tú...piensas lo mismo?—Temo por su respuesta, pues si me dice lo que mi madre me destrozara por completo.
Suspira y pone sus manos en mis hombros—Tú eres responsable de tus propios actos y decisiones Mack. Si tú crees que estás haciendo lo correcto te apoyaré, pero si das malos pasos estaré ahí para corregirte y ayudarte, no importa cuantas veces te equivoques ¿De acuerdo?—Asiento con los ojos llorosos y lo abrazo.
Bajan Mariana junto con su esposo e hijos y todos ellos me abrazan deseándome un muy buen viaje. Alondra baja con mamá y ella solo porta una maleta pequeña.
Lo demás quedamos en que se iría comprando poco a poco una vez le dieran el permiso. Tendremos que conseguirle un trabajo a mi hermana.
Desayunamos en familia por última vez y posteriormente nos dirigimos al aeropuerto. Hay vuelos en diferentes horarios, pero escogemos ahora en la mañana para llegar en la noche a Madrid.
Me da dolor de cabeza con tan solo pensar en el estrés del viaje.
Una idea fugaz pasa por mi mente y rápidamente saco el celular mandando el mensaje de texto.
—¿Traes tus documentos verdad? ¿Pasaporte y visa?—Le pregunto a Alondra quién asiente—Perfecto.
Me llega el mensaje que estaba esperando y nos dirigimos a otra sección del aeropuerto. Llegamos a donde tienen los jets privados y agilizo todo el proceso. Firmo unas cuantas hojas que me ponen enfrente y le sonrío a Alondra cuando paso por su lado.
AP: Disfruta del vuelo privado preciosa
"Dios"
MH: Te lo agradezco, te pagaré este viaje, te lo prometo.
AP: No me debes nada. Consideralo como un regalo de Navidad atrasado.
Me sonrojo y sonrío cuál boba al teléfono. Abren la puerta del jet y ambas subimos con nuestro equipaje en mano.
—Te has puesto muy feliz viendo el teléfono ¿Me he perdido de algo?—Volteo hacia el otro lado y decido contarle sobre Ashton.
—¡Diablos! Es súper reconocido mundialmente ¡Felicidades!—Me guiña el ojo y se emociona junto conmigo.
Hablamos de diversos temas durante el viaje y una sobrecargo nos da una copa de vino.
Vaya ¡Excelente servicio!
—Pero... ¿No me veo muy zorra conquistando a mi jefe?—Alondra niega
—Mack, si él te gusta qué más te da si es tu jefe o tu superior, son casi de la misma edad, no es como si te estuvieras cogiendo a un vejestorio como el abuelo de Joshua—Ambas nos quedamos calladas y soltamos risas burlescas.
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Insaciable Deseo ©
ParanormalMack trabaja para una importante y prestigiosa Editorial en Madrid. Está harta de su vida cotidiana. Busca experimentar y ser un poco más atrevida, más rebelde, no importando las consecuencias. Todo empieza en aquel vagón del metro en dónde conoce...