Mack
Llegamos al departamento de Ashton luego de pasar al mío. Aún no sé por qué insistió tanto para que me arreglara en el de él. Baja del auto con mi pequeña maleta y lo sigo.
Música suave y algo rítmica inunda mis oídos y vemos a la señorita del aseo barrer la estancia.
—Buenas tardes Manuela
—Buenas tardes, adelante, estoy por acabar—Sonríe y le devolvemos el gesto.
—Vamos, ya casi van a llegar.
—¿Quiénes?—Pregunto confundida siguiendolo por el pasillo.
—Oh, los estilistas. Imaginé que querías arreglarte bien para esta noche, después de todo es la cena de compromiso de tu hermana—Se encoge de hombros. Qué lindo, pero es demasiado y me da pena abusar de su generosidad.
—Amor, es lindo lo que haces, pero no tenías por qué—Me encojo de hombros—Sé peinarme, maquillarme y vestirme por mi misma.
—No lo dudo, quedas hermosa todos los días, pero, venga déjame consentirte—Hace un puchero y soy incapaz de resistirme a eso.
—Bien, tú ganas—Digo cabizbaja.
—Hey ¿Todo Bien?
—Es que me da pena—Sonrío cuando voltea los ojos y se pasa la mano por la cara.
—Cariño, que no te de pena. Para eso es el dinero, y si lo quiero disfrutar o gastar en ti—Se encoge de hombros—Es porque así lo decido. Me gusta hacerlo, porque me gusta verte feliz.
—Soy feliz contigo, no me interesa el dinero. Eres espectacular, tú, como persona.
—Bueno, es obvio, soy perfecto, además el dinero da un plus—Me guiña un ojo y no puedo con lo egocéntrico que es a veces.
—Arruinaste el romanticismo con tu egocentrismo.
Me sostiene de la cintura y me da un largo y profundo beso. De esos melosos, tiernos y bonitos con los cuales las mariposas, no corrección, el zoológico de mi estómago se alborota.
Él es todo lo que está bien. Es mi todo.
Se separa de mí pegando su frente con la mía y suspira.
—Me encantas—Dice.
Abro mis ojos encontrandome con los de él y hago una mueca frunciendo la nariz y haciendo vizcos. Una carcajada surge desde el fondo de su garganta y echa para atrás la cabeza, sosteniendose el estómago.
—¿Qué?—Pregunto frunciendo el ceño.
—Hiciste cara de rana
—¿Cómo que cara de rana?
Me imita y me echo a reír con él. Tocan el timbre y él se dirige a la puerta.
—Espera aquí, porque también tengo una sorpresa para ti—Me lanza un beso y se va dejándome sonrosada.
Me siento en el sillón que da hacia el balcón y miro los autos pasar debajo. Pongo mi barbilla por encima de mis manos entrelazadas y suspiro lentamente.
"Es una locura que Alondra se haya comprometido" "¿Le habrá dicho a nuestros padres?" "¿Los habrá invitado?" "¿Cómo estará ahora?" "¿También gustará de James Pennisher?"
Muchas dudas y pocas respuestas.
Tocan la puerta y cuando se abre entran dos hombres con maletines grandes. Llevan puestas chaquetas negras, y pantalones con animal print en ellos. Botas negras altas y se encuentran más sonrientes que yo.
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Insaciable Deseo ©
ParanormalMack trabaja para una importante y prestigiosa Editorial en Madrid. Está harta de su vida cotidiana. Busca experimentar y ser un poco más atrevida, más rebelde, no importando las consecuencias. Todo empieza en aquel vagón del metro en dónde conoce...