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.Mirai inhaló y exhaló lo más profundo que sus jóvenes pulmones le permitieron. Ya podía ver a la multitud de personas mientras se aproximaba con paso lento donde ella. Había contestado a Manjirō que se distrajo hablando con Takemichi pero que ya estaba saliendo, cosa que realmente fue cierta. Ahora debía abrirse paso entre el mar de personas hasta llegar a su novio; sonaba muy bien, una voz orgullosa le gritaba en su interior que ese chico era SU novio.
Algunos observaban un poco distantes pero curiosos, otros preferían huir despavoridos y muchos lo rodeban; de un modo u otro, Mikey era el centro de atención y Mirai sabía que al ir junto a él ella también lo sería, pero por raro que sonara no le molestaba, no tanto, podía sobrellevarlo. Se abrió paso, esquivando algunas chicas y pidiendo permiso a otras, hasta que llegó donde él rubio.
¿Quién estaba extremadamente cerca de él, intentando coquetearle? Y cito "intentando coquetearle" porque Manjirō pasaba abismalmente de ella. La babosa de Honoka se encargarba de mantener a sus secuaces impidiendo que las demás irrumpieran su charla unilateral. Ella intentaba decesperadamente que él tan siquiera la mirara, pero Mikey solo habla con quién llama su atención, así que como si allí no hubiera nada.
Ni siquiera Mirai se sintió intimidada por la gran belleza de Honoka y la supuesta amenaza que podría ser a su naciente relación, Manjirō no le permitía sentirse de ese modo, porque solo con verla, levantó su mano en señal de saludo y le dedicó una sonrisa, una de esas que eran únicas suyas. Por primera vez desde que había puesto pie en esa escuela había mostrado emoción alguna y no pasaba de todo a su alrededor. A ella la alegró, porque para ser claros, la hacía sentirse especial; era una sensación muy bonita, como si las alas de una mariposa traviesa que revoloteaba en su interior rozaran su piel provocando un cosquilleo extraño y misterioso, misterioso pero hermoso.
La protagonista temrinó por caminar veloz donde él y, aún con un sonrojo en sus mejillas, le devolvió el saludo, un poco más tímidamente. Estaba frente a Manjirō, pero al parecer al chico no le gustó ese recibimiento, porque la tomó de la mano y la jaló hacia sí mismo para estampar sus labios sobre los de ella. Ni siquiera cerró sus ojos, le encantaba ver ese gran sonrojo que adornaba las mejillas de Mirai cuando alguna acción de esa la tomaba desprevenida y reaccionaba de una forma tan tierna.
La pobre Mirai podría ser enterrada ahí mismo, si ya de por sí semejantes muestras de afecto la avergonzaban, en un lugar público y con las miradas de varias personas sobre ellos... jamás había estado tan roja y nerviosa. Podía ver por el rabillo del ojo que la boca de los presentes tocaron el suelo en ese instante, la de todos menos la de...
—¡No puede ser! —soltó Honoka, dejando escapar una amplia y socarrona carcajada. Los vislumbró separarse y clavar sus miradas inquisidoras sobre ella por obvias razones. Sus risas se escuchaban desde lejos y tenía esa mirada superior que mostraba de buena mano lo podrida que estaba—. ¿Mirai-chan, qué clase de magia negra hiciste? ¿Cómo hiciste que Mikey-kun se fijara en ti? Con lo torpe y poco femenina que eres.
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Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•
Fanfiction─✎WABI-SABI┊Hace referencia a la capacidad de encontrar la belleza, armonía y el bienestar en la imperfección.❞ ─── Él... Era un desastre, un chico que vivió un pasado horrible y cargó consigo un peso inimaginable. Temido por muchos y respetados po...