Capítulo 30

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Mirai se acomodó su uniforme de invierno con una gran sonrisa

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Mirai se acomodó su uniforme de invierno con una gran sonrisa. Su cabello había crecido dos dedos desde la última vez que lo usó, y cuando se vio en el espejo descubrió que no le quedaba para nada mal. Su falda ya no era larga hasta las rodillas, no, le había pedido a su madre que la ayudara a quitarle algunos centímetros y a pesar de ser otoño Nozomi accedió. Se había puesto la evilla de Takemichi y la utilizó para hacerse un simple pero lindo peinado.

No había extrañado ni un poco la escuela, la verdad, pero esa mañana se había despertado súper temprano solo para llegar a tiempo. Ni siquiera pudo desayunar tranquila, por alguna razón la ansiedad por llegar a la institución la estaba matando, así que tomó una tostada y salió a la calle rumbo a su objetivo.

Mirai podía ver grupos de amigos de su misma escuela que caminaban juntos mientras charlaban. Eso solo significaba que estaba cerca, tan solo faltaba una cuadra.

—¡Mirai-chan! —gritó alguien desde la distancia.

La aludida detuvo su paso y volteó a ver a la responsable de su llamado. Encontró a Hina trotando en su dirección con un brazo alzado mientras saludaba. La muchacha traía plasmada una hermosa sonrisa.

—Hina-chan... —nombró la castaña, cuando Hinata se había colocado a su lado.

—Buen día —saludó energética, ampliando su sonrisa.

—Buenos días —respondió de igual modo la Hoshizora, contagiada del buen espíritu de su amiga.

Segundos después ambas retomaron su paso juntas, caminando a la par.

—Ah, la escuela. —Un suspiro se escapó de los labios de la Tachibana—. Lo bueno es que podré ver a Takemichi todos los días, pero realmente es agotador tener que estudiar y regresar a casa tan tarde. Quiero mi verano de vuelta.

—Yo esta vez voy a esforzarme para llegar a tiempo y no causarle problemas a los profesores —confesó Mirai, decidida. Le brillaban los ojos en señal de convicción—. Ya no quiero que me regañen hasta por respirar.

—¿Solían reprenderte a menudo? —inquirió interesada la otra, arqueando una ceja—. ¿Quién regañaría a un ángel como tú? Es imposible, eres demasiado buena.

—Pero también despistada —añadió la protagonista, con el rostro sonrojado—. Una vez alguien me dijo que ser gentil y buena no era suficiente, que debía centrarme. En aquel momento no le di mucha importancia a esas palabras porque no tenía ningún futuro en mente... Pero ahora tengo un sueño, y sé que para cumplirlo tengo que esforzarme más.

—¿Cuál es tu sueño, Mirai-chan? —cuestionó Hinata, sonriendo conmovida.

—Quiero ser enfermera. Nunca había pensado que esa profesión era perfecta para mí hasta lo que ocurrió con Draken-kun.

—No quiero recordar esa noche, la verdad —dijo Hinata, revolviéndose incómoda mientras los recuerdos de lamentos atacaban su cabeza—. Emma-chan lloró muchísimo, Takemichi estaba demasiado asustado, Mikey-kun parecía un cubo de hielo y yo estaba en completo shock. La que más maduro se tomó la situación fuiste tú. Todo fue horrible aquel día.

Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora