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.Celeste sintió un agetreo al otro lado del teléfono, sabía que el lado torpe de Mirai la había llevado a alguna situación complicada. Esperó pacientemente a que su amiga le constatara pero nunca pasó. Al parecer la castaña había colgado el teléfono y la había dejado con la palabra en la boca. Que frustrante, iba a plantar una queja por semejantes servicios, ella era sensible y requería atención. Bufó enfadada y aunque nadie la estuviera viendo infló una mejilla.
—¡Oye, deja de una vez el teléfono y acabemos con esto! —exclamó Draken, notándose por el tono que había empleado lo irritado que se encontraba.
La pelirrosa se giró con una gran sonrisa y guardó su teléfono. Miró a su amigo y dejó escapar una risita. El pobre rubio llevaba consigo varias bolsas de compra entre sus manos y dos o tres cajas también aguantadas con estas; la vena en su frente resaltaba con fuerza y su semblante no era para nada el de una persona tranquila.
Todo era culpa de Celeste. Esa mañana había abrazado a Ken y le había ronroneando con inocencia, ambos sabían que aquello significaba que quería algo; el varón se juró a sí mismo que esa vez no se dejaría manipular por esa serpiente, pero le fue imposible negarse cuando ella lo arrastró lejos de Mikey y lo obligó a acompañarla en sus compras semanales. Al parecer esa loca creía que él era una mula de carga, lo llevaba a todas las tiendas y boutiques del centro comercial y se probaba toda la ropa que encontraba. Llevaban horas allí, estaba cansado. Todo empeoró cuando la muy egoísta se fue a una esquina supuestamente para hablar con Mirai, ¡lo había dejado solo en una tienda de bañadores para chicas!
—Lo siento, Ken-kun —dijo la fémina, uniendo ambas manos delante de su cara, mas no borró su sonrisa.
—La próxima vez te va a acompañar Mikey —farfulló el aludido.
—¡No me digas eso Ken-kun! ¡Me dueles! —Caminó veloz donde su amigo y le lloriqueó un poco—. Manji no complace mis caprichos.
—No soy tu esclavo.
—Claro que no, eres mi amigo con fines e intereses —refutó, negándo rápidamente—. Los amigos se hacen favores.
—Voy a tirar todo eso —respondió, simple pero amenazante. Aquellas palabras lograron sacarlo de quicio, era obvio que estaba siendo utilizado por Celeste, y estaba un poquito cansado ya de ello.
—¡No! —exclamó alarmada—. Para compensarte tu ayuda podemos comprarle algo a Emma y decirle que es un regalo de tu parte —añadió, con una sonrisa socarrona, dando pequeños toquecitos con su codo en el hombro de Draken.
—Que insistente —siseó él. Cerró sus ojos, respiró profundo y trató de contar hasta diez para aguantarla; claro, todo con un nivel de delicadeza que no sabía que tenía, si hacía un movimiento muy brusco las cosas se le caerían—. No me interesa regalarle nada a Emma, deja de intentarlo.
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Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•
Fanfiction─✎WABI-SABI┊Hace referencia a la capacidad de encontrar la belleza, armonía y el bienestar en la imperfección.❞ ─── Él... Era un desastre, un chico que vivió un pasado horrible y cargó consigo un peso inimaginable. Temido por muchos y respetados po...