Capítulo 3

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Aunque el profesor tratara de tener la atención de todos sus alumnos jamás lo conseguiría, porque había uno totalmente disperso. Takemichi se hayaba absorto en sus pensamientos, estaba sentado en su silla, pero definitivamente no se encontraba en esa aula.

Ayer sin duda había sido turbio. Había viajado en el tiempo para impedir la muerte de Hina y estaba tomando acciones con ese objetivo, sin embargo nunca esperó que el curso de la historia cambiara drásticamente por una decisión que consideraba ajena al proceso de impedir la disputa interna de la Tokyo Manji Gang. Se las había arreglado para conocer a Sano Manjirō, uno de los líderes del futuro, al que muchos apodaban como "el invencible Mikey"; y no era solo esto, él mismo aclamaba ser su amigo. No se veía como un tipo capaz de dirigir la pandilla hacia el mundo tan bajo en el que habían caído, es más, si no supiera que es el causante de la futura muerte de su novia hasta podría llegar a apreciarlo. El primer paso estaba dado, aunque no sabía con exactitud cómo continuar la carrera.

No todo era malo, al menos pudo impedir la paliza que le dieron aquel día a Takuya, le dolía hasta el cabello pero había valido la pena. Además, ahora tenía a Mirai, que si bien no podía enterarse de nada por su personalidad impulsiva, era un pilar necesario en su vida, no estaría solo. Le alegraba haber arreglado las cosas con ella, por el momento debía mantenerla alejada de la Tokyo Manji y sobretodo de Sano Manjirō.

De repente se escuchó el sonido da la puerta corrediza abriéndose. Takemichi solo alzó la mirada hasta que escuchó los murmullos de sus compañeros y un reproche por parte del maestro. Mikey se encontraba a la entrada de su salón con una sonrisa juguetona, buscándolo con la, vista sin importarle nada y cuando por fin lo encontró, alzó su mano en forma de saludo.

—¡Allí estás! —dijo, mirando únicamente al rubio. Con toda la confianza del mundo caminó libre por el interior del aula—. Vamos a jugar, Takemicchi.

El mencionado no daba crédito a lo que sus ojos prescenciaban en esos momentos. Se le cayó la mandíbula y la misma casi se golpea con su pupitre. Eso tenía que ser una broma. Mikey estaba demente, demente sin reparos.

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Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora