La reunión había terminado. Ciertamente hubieron gritos de festejos y adulaciones hacia quienes habían salvado a Draken. Más que una reunión era una forma de decir que habían ganado, una fiesta sin bebidas porque la vida del subcomandante se había preservado. Después de los acontecimientos Manjirō, Celeste y Ken habían estado demasiado ocupados como para convocarla antes, tenían cosas más importantes entre manos.Se encontraban todavía en el templo. Aunque la reunión hubiera terminado algunos se quedaron un rato más a charlar, entre ellos quienes conformaban el círculo de nuestros protagonistas.
Draken, Celeste, Manjirō, Takemichi y Mirai todavía mantenían una amena conversación. De algún modo los dos últimos comenzaban a encajar cada vez más con ese ambiente, cada vez era más fácil llevarse mejor.
—Takemicchi estaba histérico —dijo Ken, entre risas. Tantas fueron sus carcajadas que tuvo que llevarse una mano al lugar de la herida debido al dolor.
—¡Draken-kun! —exclamó el aludido, en tono de reproche.
—Ya me habías dado por muerto, sino es por Mirai-chan me hubiera dado una hipotermia allí —siguió, todavía bromista. Era un poco raro ver esta faceta en el rubio, solo se la mostraba a los más cercanos, pero esos dos chicos se lo habían ganado.
A su vez, tras escuchar esta última declaración todos estallaron en risas. Al Hanagaki casi se le salen los ojos al ver como su mejor amiga trataba de controlar sus carcajadas por lo bajo, ¡hasta ella se estaba burlando de él!
—Hubiera dado la vida por ver eso —susurró Celeste, jocosa.
—Eso no es cierto. Yo no estaba tan histérico —refutó Takemichi, cruzándose de brazos—. Mirai-chan, pensé que estabas de mi lado.
—Perdón, Mi-chan —contestó ella, encogiéndose de hombros con un sonrojo en sus mejillas. Tenía una sonrisa ladina dibujada en su rostro y su mirada escapó de la azulada de su mejor amigo.
—¡Hachi, espera! —exclamó una voz ajena, en la distancia.
Todos se voltearon a ver qué estaba sucediendo.
Nada más dar media vuelta en su eje, Mirai fue embestida por un perro de hermoso pelaje. El animal no le había dado tiempo a observar nada ni a pensar, la lanzó al suelo —porque tenía la fuerza suficiente y ella pesaba lo mismo que una pluma— y comenzó a lamerle la cara juguetón. Sus patas delanteras se colocaron sobre los hombros de la fémina cuando ella se levantó para quedar sentada.
La castaña tardó en procesar la situación, pero temrinó acariciando al animal mientras trataba de separar su rostro para que no lo llenara de más baba.
—Hachi, chico malo —reprendió Kyomi, incorporándose en la escena después de correr detrás de su perro. Tomó a su mascota de la correa y lo jaló hacia atrás, obligándolo a separarse de Mirai—. Lo siento mucho, Mirai-chan. Los animales tienen un sexto sentido y perciben las buenas vibras en las personas.
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Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•
Fanfic─✎WABI-SABI┊Hace referencia a la capacidad de encontrar la belleza, armonía y el bienestar en la imperfección.❞ ─── Él... Era un desastre, un chico que vivió un pasado horrible y cargó consigo un peso inimaginable. Temido por muchos y respetados po...