Capítulo 16

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Ambos caminaban a la par, tomados de las manos. Mirai hablaba tranquilamente con Mikey, y aunque a veces se detenía a pensar en cómo era capaz de lograr tal cosa sin temblar por los nervios, eso no impedía que lo disfrutara con toda su alma. A pesar de no ser así, se sentía como si fuera la primera vez que tenía un momento así de cercano con ese chico, como si fueran iguales y las abismales diferencias que existían ente ellos hubieran desaparecido.

El sol se había ocultado por completo en el horizonte, y luego de compartir par de besos y risas en su lugar, ya era hora de que ella regresara a casa. Estuvieron hablando sobre tonterías, ignorando todo lo que había ocurrido ayer, centrándose únicamente en lo positivo.

A Mirai el panorama de Tokyo de noche jamás le había parecido tan hermoso. Las pequeñas pero numerosas estrellas se acumularon en el cielo y parecían sonreírle reflejadas en los oscuros ojos de su novio, como si el verdadero cielo fuera esa negra mirada. Las calles estaban pobladas, pero se sintió casi como estar en una nube sola, como si Manjirō pudiera teletransportarla a un mundo donde solo estaban ellos dos con esa sonrisa tan bonita que tenía, que le encantaba. El Mikey sexy y empoderado le gustaba, pero ella prefería el que parecía un niño, el que bromeaba y me sonría por cualquier razón.

Y la asustaba lo rápido que se estaba encariñando con una persona que hasta hacía poco era un completo desconocido. La asustaba la fuerza con la que a veces apretaba su mano porque no quería soltarla cuando estuviera cerca de su hogar. La asustaba ese sentimiento que inesperadamente golpeaba su corazón, y no sabía cuándo se había originado ni cuando se había convertido en un latido tan intenso y descontrolado, pero estaba allí.

Por un momento la protagonista recordó las palabras de Celeste y su sonrisa se borró, sorprendiendo al rubio. En cualquier otra situación hubiera ignorado esa información, hubiera preferido centrarse en lo positivo y pensar en el futuro solo en el futuro; pero no podía, quería hablar del futuro con Mikey, quería intentar entender lo negativo y conventirlo en positivo en vez de negarlo. Sonrió casi que instintivamente recordando las palabras de su profesor, tal vez la persona que comenzaba a cambiarla lentamente, que la hacía comprender ligeramente dichas palabras, y que la obligaba a ver el mundo de una forma más real era su Jiro-kun.

—¿Qué sucede, MiMi? —inquirió Manjirō, alzando una ceja. El cambio brusco de semblante de Mirai lo había dejado desconcertado, hasta hacía dos segundos era una chica cualquiera sonriendo a más no poder mientras caminaba a casa con su pareja, ahora se mostraba más pensativa y cavilante.

—Jiro-kun, escuché que te peleaste con Draken-kun —comentó, sin dar tanto rodeo. Se detuvo en seco, quedando unos pasos más atrás de Mikey, mas no soltó su mano, en cambio le dió un pequeño apretón, buscando —casi que egoístamente— el valor en el tacto de aquel chico que siempre la había protegido para encararlo nuevamente. Ahora sabía que no quería que su relación fuera tan insípida y básica; a veces tendrían que pelear y chocar, y eso estaba bien, porque cuando se reconciliaran su vínculo sería aún mayor que antes, eso lo había aprendido hoy.

Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora