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.Draken farfullaba mil maldiciones mientras miraba su teléfono en el contacto de Celeste, era la tercera llamada que le hacía y la chica no se dignaba a cogerle el teléfono. La reunión empezaría pronto y ella debía estar presente, ¿dónde se había metido ahora? Aunque siempre tenía la cabeza volando por dónde quisiera, la fémina estaba realmente ansiosa por lo de hoy, ella adoraba a Pa con toda su alma y se encontraba enfadada con los tipos que le habían hecho eso a su amigo. ¡Incluso se había quejado porque Mikey no aparecía en la tarde!
Manjirō observó con una sonrisa en los labios a su mejor amigo mirar su teléfono como si este tuviera la culpa de que Celeste fuera una descuidada, casi le saca una carcajada. Llevaban así más de diez minutos, siendo la única pausa el momento en que decidieron llamar a Hanagaki Takemichi.
—¡Oye, Mikey! —llamó Mitusya a su espalda, irrumpiendo aquel silencio—. Traje a Takemicchi.
—Hola, Takemicchi —saludó el aludido, girándose para sonreírle, sin apagar el motor de su moto—. Lamento haberte llamado de repente.
Draken alzó por primera vez la vista de su teléfono para decirle con voz tosca al otro rubio:— Oye, ¿por qué trajiste a tu chica?
—Lo siento, no sabía que se trataba de algo como esto —contestó el Hanagaki dándose un ligero masaje en la cabeza mientras forzaba una sonrisa.
Antes que ninguno pudiera volver a tomar la palabra se escuchó el rugir de un motor peculiar. Draken y Manjirō sabían de quién se trataba sin necesidad de girarse a ver, el primero mostró la vena de su frente hinchada porque hasta que por fin daba la cara; el segundo se veía más tranquilo, con una sutil sonrisa; al final ambos voltearon a verla llegar.
Una moto pintada de blanca realmente elegante se detuvo justo al lado de Mikey, tenía dibujada una serpiente negra con ojos dorados. Sobre esta venían dos figuras. Celeste sonrió a sus dos amigos y les sacó el dedo pulgar en forma de aprobación. La chica que venía detrás, Mirai, en cambio se mostraba más intranquila, tenía los ojos en blanco, la cebeza dándole vueltas, el corazón a mil por hora y le temblaba todo el cuerpo.
Durante los siguientes segundos Mirai recobró la consciencia y divisó a Manjirō frente a ella. Con todo el esfuerzo del mundo se paró del asiento y corrió en su dirección. El chico la recibió con un semblante serio, ella había escondido su cara en su pecho y se aferraba con fuerzas a la chaqueta que traía colgada de los hombros.
—Ya no quiero volver a separarme de ti —murmuró la castaña, sin importarle que él estuviera sin camisa o se viera tan sexy así. Ahora mismo era una bola de miedo que quería que aquel chico la protegiera. Celeste condicía aún peor que él, no conocía las reglas del tránsito, no respetaba los semáforos, se metía por lugares intrincados y derrapaba que parecía que se iban a caer en cualquier momento; era un auténtico monstruo—. Sálvame, Jiro-kun.
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Wabi-sabi •|Tokyo Revengers|•
ספרות חובבים─✎WABI-SABI┊Hace referencia a la capacidad de encontrar la belleza, armonía y el bienestar en la imperfección.❞ ─── Él... Era un desastre, un chico que vivió un pasado horrible y cargó consigo un peso inimaginable. Temido por muchos y respetados po...