Entre Asesinos Y Presas. Poe × Apolo (En Corrección)

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—¿Algo de beber?

—¿Jugo puede ser?

Poe Verne

Creo que me pase un poquito al hablar con Apolo. Fuí un poco directo.

Aunque no es mi culpa, yo soy así, que se puede hacer ¿Cierto?

Pero ahora, aquí estoy, intentando comunicarme con Nick desde el departamento que rente. Claro, el muy imbécil no me responde.

Dejo de intentar y me siento en mi cama. Ya no lo seguiré marcando le, si se quieren comunicar conmigo que lo hagan, y si no pues a la mierda.

Veo un retrato que está frente a mí, e instantáneamente sonreí. Era una foto mía, bueno, de Padmé y mía en realidad. Recuerdo que nos la tomamos unas cuantas semanas antes de la cacería, la tenía en mi celular y decidí imprimirla.

La tomo entre mis manos, y no puedo evitar sentirme un poco nostálgico con eso.

Decido levantarme de mi cama e ir a la cocina. Este departamento es gigante, lo cual me hace sentir cómodo aquí.

Tiene cocina, dos habitaciones, dos baños, una biblioteca una sala combinada con un comedor y varios retratos en las paredes de color azul claro.

Por un momento me quedé mirando a un punto fijo, hasta que mi celular comenzó a sonar. Me levanté y fui a la habitación nuevamente para tomar mi celular.

Sinceramente esperaba que fuera Nick, pero en realidad era de Artemis, el día que fui a su casa y tuve una pequeña charla con Apolo, Artemis me dió su número.

Contesté el teléfono y lo pegue en mi oído, mientras con mis dedos echaba mi cabello hacia atrás.

—Hola— saludé.

—Hola, ¿Estás en tu casa?— preguntó.

—¿Ya me extrañas?— pregunté divertido.

—Quisieras, solo es para irte a visitar un rato— casi pude ver como rodó los ojos.

—Sí, estoy en mi casa, la ubicación es...— le empecé a dictar mi ubicación exacta.

—De acuerdo, estaré allá en una hora, quizás dos— dijo —. Adiós.

—¡No cuelgues!— dije justo a tiempo.

—¿Por qué?

—Es solo una pregunta, ¿Vendrás solo?— pregunté, tal vez con un poquitín de malicia.

—No, iré con Claudia, ya le conseguí niñera a Hera— dijo, negué con la cabeza, no captaste la indirecta Artemis.

—¿Por qué no traes a tu hermano...?¿Cómo se llamaba...?— si recordaba su nombre, solo quería hacerme el interesante —. Apolo.

—Claro, ¿Por qué no?, Hasta luego— ahora sí había colgado.

De acuerdo, esto será muy divertido.

***

Muy bien, faltan unos minutos para que vengan, yo me puse un pantalón de jean color negro, una camiseta gris, y encima mi garbandina, revolví un poco mi cabello y me mire al espejo.

Maldición, soy tan guapo.

Eso fue muy egocéntrico de mi parte, aunque si fuera posible me besaría a mi mismo.