Extra #6

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(Tiempo del capítulo 13)

Otras cosas.

Poe Verne

Sentí un tacto cálido contra mi cabeza y luego en mis mejillas, y alguien repetía mi nombre.

Pero no sé quién, ni siquiera sé dónde estoy porque no veo absolutamente nada.

Me renuevo un poco y escucho un fuerte ruido, seguido de eso mi cabeza empezó a doler, lo que hizo que mis ojos se abrieron de golpe.

Empecé a maldecir interiormente y...

Rayos y centellas.

Ja, ja, ja, muy chistosito.

Como decía, también acaricié mi cabeza suavemente, sobándome del golpe.

Al abrir los ojos me encontré con unos ojos miel mirando cada movimiento que hacía. Es Apolo.

Oh claro, yo dormí en el sofá porque él se encontraba en el quinto sueño en mi cama.

Apoyé mis codos a los costados de su cara y sonreí con diversión viéndolo directamente a los ojos. Su cara enrojeció en cuestión de micro segundos.

—¿Sabes? Estaba seguro de que algún día estaríamos así, pero en otras condiciones. —murmuré con diversión mientras subía y bajaba las cejas.

Apolo bufó mientras rodaba los ojos.

—¿Siempre eres tan directo? —me preguntó.

—Si. Aunque no soy el único directo, ¿Cierto pequeño Hidalgo? —dije recordando las cosas que me había dicho el día anterior.

—No sé a qué te refieres.

—Bueno, ayer dijiste ciertas cosas...

Sus ojos se abrieron en grande y me miro nervioso.

—¿Q-qué dije? —tartamudeo.

Yo solo decidí decir lo obvio acompañado de un encogimiento de hombros:

—Cosas.

Él me miro con un poco de fastidio, pero luego miro mi cuerpo y el suyo a una corta distancia.

—¿Podrías...quitarte? —preguntó.

—Creí que te gustaría estar en esta posición conmigo Apolo, creeme que tengo muchas otras en mente.

Su cara está más roja que la sangre.

—Muy gracioso.

Me dió un empujón hacia atrás y sacudió su ropa. Cómo cosa obvia le quite la sudadera y los zapatos. Yo solo reí por lo bajo.

Él me dió una mirada de mala muerte, así que deje de reír y levanté las manos en señal de rendición, pero con una sonrisita aún. Él niega con cara de ¿Por qué me tuve que quedar en casa de esté?

—¿Por qué estoy aquí? —preguntó.

—¿Quieres la verdad, o la mentira?

—Pues la verdad.

—Bueno, pero no te asustes eh. Digamos, que tuvimos sexo.

—¿¡Qué!? —palideció. Yo solo empecé a reír eufóricamente.

Cómo cosa obvia me volvió a mirar mal. Yo para molestarle más me limpié una lágrima imaginaria.

Juró que intente dejar de reír, pero cada vez que lo intentaba su cara volvía a mi mente y solo reía más.

Entre Asesinos Y Presas. Poe × Apolo (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora