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Maratón 3/3🖕🏻

Vale, antes de comenzar, quiero que sepan algo importante.

Este capítulo contiene escenas sexuales, si son sensibles a estos temas te agradecería no leerlo (igual lo harás, pero debo de ser responsable y advertir)

Recuerden, nadie les impide disfrutar de su vida sexual, solo háganlo con responsabilidad, no solo por el riesgo de quedar con un embarazo o embarazar a alguien más, también por las enfermedades de transmisión sexual, las cuales se que son muy peligrosas.

En fin, lean y se les ama✨

Recuestate, yo haré el resto.

Apolo Hidalgo

Siento como con sus dedos dibuja círculos en mi abdomen. Y a pesar de ser solo una especie de toqueteo, hace que una corriente pase por mi espalda.

Literalmente nada nos separa, nada. Estoy sobre su regazo y nuestros pechos están pegados el uno al otro.

Y, aunque esté sobre su regazo, no debo de bajar la cabeza para besarlo, nuestras caras están a la misma altura. El idiota es demasiado alto para mí gusto.

No sé ni cómo, pero mis piernas están enredadas en su cadera, y estoy en el aire. Poe me está cargando, pero no ha separado sus labios de los míos, una de sus manos está por debajo de una de mis piernas y la otra por mi cintura.

Siquiera me percato de que abrió la puerta, ni sé cómo lo hizo con los ojos cerrados, pero bueno, tampoco es como que sea mi mayor preocupación en estos momentos.

Escuchó como cierra la puerta a sus espaldas, y me deja caer en su cama, recuerdo todo al instante.

Y no tengo que ser un genio para saber que aquí fue donde me quedé cuando... eh... cuando tuvimos ese pequeño incidente en el bar.

No puedo observar mucho, ya que casi al instante vuelve a besarme, está vez más fuerte, y cargado de algo más, lujuria.

Siento su palma caliente en mi abdomen, seguido de eso, me quita la camisa, y vuelve a besarme. Me pone una mano en la nuca, y me dejó caer hacia atrás, quedando boca arriba. Él ahora está sobre mí, ahora me está dando besos en el cuello, y sigue bajando.

Yo me quedó mirando al techo, mientras intento no soltar ningún gemido o jadeo. Sigue bajando sus besos, por el cuello, la clavícula, el pecho, el abdomen, y... se detiene.

Bajo la cabeza para mirarlo, tiene los codos apoyados en la cama, a los costados de mi cintura. Me mira con una sonrisa.

—¿Qué? —pregunto.

—¿Qué de qué? —se hace el gracioso.

—¿Por qué paraste?

Ahora pone sus manos en el colchón para impulsarse hacia adelante, y quedar frente a mí. Trago grueso, pero sin despegar mis ojos de los suyos.

Ahora su mano está jugando con una de las hebillas de mi jean, y eso solo hace que el calor baje de mis mejillas hasta otra parte que no pienso mencionar.

—¿Quieres que siga, Apolo? —pregunta él, con sus labios peligrosamente cerca de los míos.

—Mhm... no lo sé, digo, s-si tú quieres, yo solo decí...

No pude seguir, ya que sus labios atacaron los míos, como si estuviera esperando esto por mucho tiempo.

Su mano baja de las hebillas de mi pantalón, hacia mí miembro, y le da un ligero apretón. No puedo evitar soltar un gemido en sus labios, y el solo sonríe, me está torturando, y disfruta de ello.

Entre Asesinos Y Presas. Poe × Apolo (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora