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No me gusta ese juego.

Apolo Hidalgo

Estos chicos que están frente a mí me dan mala espina, lo cual es raro, porque yo pienso siempre lo mejor de todo el mundo.

Por ello intenté pegarme un poco a Poe, sin invadir su espacio personal. Este pareció entenderlo, ya que uno de sus brazos se apoyo en la mesa, justo frente a mí. Miraba al los chicos con una ceja enarcada.

—¿Jugar qué?— preguntó Poe, bastante cortante.

—Se llama yo nunca nunca, ¿Has escuchado ese nombre?— preguntó un chico de cabello negro y con algunos mechones pintados de rojo.

Oh no.

No tengo muy buenos recuerdos jugando eso, me hacen recordar lo de Claudia, y Artemis, y a el puñetazo que Artemis me dió cuando se enteró.

Sí, ese juego es lo peor.

—¿Cómo se juega?— preguntó el chico a mi lado.

—Es fácil, agarras un vaso y lo llenas de alcohol, alguno de nosotros hará una pregunta, y si lo has hecho bebes, es divertido— ese juego es de todo menos divertido.

—Vale, jugaremos— dijo Poe.

Yo fruncí el seño, y choque mi pierna con la de él, como señal de que yo no quería. El inclinó un poco su cabeza hacia mí, y susurro:

—Es para que los idiotas se vayan, confía en mí.

Suspire pesadamente, y asentí.

Los 4 chicos sacaron seis vasitos transparentes, y los llenaron de ginebra, yo ví la bebida, con cierta desconfianza.

Poe también las miro con un poco de desconfianza, pero no dijo nada. Yo solo pensaba en partirle la botella en la cabeza a alguno y salir corriendo.

—¿Quién empieza?— preguntó un chico de cabello rojo y muy rizado.

—Yo— dijo el chico de cabello negro con mechas rojas.

El chico se lo pensó un momento, como si esa decisión fuera a cambiar su vida. Luego chasqueo la lengua.

—¿Se han metido en problemas con la ley?

No bebí, y Poe tampoco. Por alguna razón, eso me alivio.

—Me toca— dijo un chico de cabello rubio un poco largo, y ojos oscuros —. ¿Quién ha intentado liarse con alguien que sabe que no estaba interesado en tener algo?

Todos bebimos. Luego se recargaron las bebidas con más ginebra, el trago fue muy amargo.

—Ahora yo— dijo el pelirrojo —. ¿Quién se ha metido con alguien con pareja alguna vez?

Bebí con las mejillas rojas, eso había sido un error, malditas hormonas.

—¿Quién ha creído que era importante, cuando en realidad no era nada de esa persona?— preguntó otro pelinegro.

Yo bebí, el líquido quemó al bajar por mi garganta. Me palpita un poco la cabeza.

Esto debe de estar mezclado con otra bebida, probé ginebra una vez, y no es como está.

Intenté lucir lo más sobrio posible, espero que lo parezca.

—Mi turno— me sorprendió la voz de Poe —. ¿Quién les ha dicho que podían venir aquí?

—¿Eh? Eso no es una pregunta de si o no— se quejó uno de ellos, ya se escuchaba un poco borracho, yo me sentía un poco mareado.

—No me interesa, mi amigo y yo lo estábamos pasando muy bien, hasta que ustedes llegaron— se veía molesto, eso me hizo soltar una risita baja, la escena me dió un poco de risa.

Entre Asesinos Y Presas. Poe × Apolo (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora