Capitulo 1

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Terminé de cepillar mi cabello observándome detenidamente en el espejo

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Terminé de cepillar mi cabello observándome detenidamente en el espejo. Hace dos semanas que llegamos aquí, hace dos semanas que me dieron de alta del hospital. Aún tengo dificultad para caminar y siento un ardor inexplicable en la entrepierna, mi madre dice que el accidente fue bastante fuerte y que tuve suerte de salir viva de el, no obstante para mí es muy extraño todo esto.

Mientras cepillo mi cabello dorado me pregunto ¿Por qué lo teñí de ése color castaño oscuro que tuve hasta hace unos días? No recuerdo haberlo hecho antes, trato de recordar y una vez más vuelve a mí la frustración de haber perdido esa parte de mi vida que cada vez me resulta más inquietante.

Las marcas en mi cuello y en mis brazos casi han desaparecido, pero yo aún siento que hay algo dentro de mí que me dice que todo esto es mucho más grande de lo que en realidad mi madre y Leon me están diciendo.

No recuerdo esta casa y tampoco recuerdo cuándo nos mudamos aquí, mi madre dice que fue un regalo de Leon, parece que me la regaló cuando me propuso matrimonio, ella sólo habla de lo feliz que yo estaba por la boda.

Lo más extraño es que no entiendo por qué estábamos en ése pequeño pueblo y tampoco puedo recordar cuál es el motivo por el cual yo estaba conduciendo ése auto sola al momento del accidente. Lo peor de todo es que cada vez que le pregunto a mamá o a Leon, ellos sólo dicen que no debo esforzarme y que «todos mis recuerdos volverán pronto».

Estoy cansada de sentirme ansiosa y nerviosa todo el tiempo, es como si algo dentro de mí me dijera que la parte de mi vida que perdí, es muy importante y me frustra demasiado no poder recuperar mi memoria por más que trato con todas mis fuerzas.

Mi frustración es tan grande que no puedo vivir tranquila, los días son largos porque mi madre no me deja sola en ningún momento y a pesar de que trato de pedirle ayuda para poder recuperar la memoria, ella no quiere «arriesgarse a perderme» o al menos eso es lo que siempre dice.

Y si los días son largos, pues las noches lo son aún más, yo diría que son eternas. Cada vez que estoy acostada en mi cama, viene a mí una sensación de añoranza que no puedo descifrar. Es como si mi cuerpo extrañara algo y me es imposible recordar qué es, por más que me esfuerzo.

No tengo pesadillas, pero a la mitad de la noche me despierto pensando en una frase que no tiene ningún sentido:

—Mi alma. —pronuncié las dos palabras tratando de interiorizarlas, buscando en mi memoria una pista que me diga la razón por la que no puedo dejar de pensar en ellas cada noche.

Lo más extraño es que últimamente no dejo de pensar en un hermoso color miel. Me siento muy ansiosa cada vez que recuerdo la forma en que me miraba en el hospital. La mujer que lo acompañaba dijo que ellos «son mis amigos» pero no los volví a ver después de que salieron de mi habitación, tal vez no eran tan cercanos a mí después de todo, por alguna razón ése pensamiento me produce tristeza.

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora