Capitulo 12

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Salí de la ducha y en contra de mi voluntad tuve que tomar una píldora para el horrible dolor de cabeza con el que amanecí hoy

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Salí de la ducha y en contra de mi voluntad tuve que tomar una píldora para el horrible dolor de cabeza con el que amanecí hoy.

Después de lo que sucedió ayer, pasé toda la tarde encerrada en mi habitación. Leon trató por todos los medios que yo saliera, sin embargo no pude obligarme a hacerlo.

Es como si la sensación de estar perdida, se estuviera agudizando y cada vez me siento peor. Necesito recuperar mi vida, necesito que alguien me ayude a recordar cómo era yo antes de ese accidente, pues siento que si no lo averiguo pronto, me voy a volver loca de desesperación.

Y por si todo lo que tengo en la cabeza fuera poco, ahora hay algo más que me perturba, algo que me roba la calma todo el tiempo.

Lucas

Ese hombre me resulta demasiado enigmático, es como si yo sintiera la necesidad de estar cerca de él. Esta necesidad que aparece cada vez que pienso en él, pero que desaparece cuando recuerdo que está casado y que además de eso, parece ser un hombre violento e infiel.

-¿Será infiel? ¿Será verdad que existen los lobos con piel de cordero? -pregunté en voz alta sólo para mí mientras cepillo mi cabello frente al espejo.

Sacudí mi cabeza intentando deshacerme de esos pensamientos y con la firme voluntad de que este día sea mucho mejor que ayer. Terminé de vestirme y decidí atar mi cabello en una cola de caballo, luego salí de mi habitación para bajar a desayunar.

Mientras bajaba las escaleras escuché una voz que se me hace muy conocida, demasiado conocida diría yo. Apresuré el paso y llegué abajo en medio segundo, algo se apoderó de mi cuando confirmé mi sospecha al verla sentada en la mesa bebiendo una taza de café, mientras conversa con Leon.

-¿Madre? -pregunté muy molesta, no entiendo qué está haciendo mi madre aquí, pensé que estos días serían de liberación para mí sin ella diciéndome a cada minuto qué tengo que hacer o sentir.

-¡Hola mi cielo! ¡Estoy tan feliz de verte! -se levantó de la mesa y se acercó a mí para abrazarme, la dejé hacerlo mientras dirijo mi mirada a Leon, a quien en este momento le parece sumamente interesante el color del jugo que tiene en frente.

Estoy absolutamente segura de que él tiene todo que ver con el hecho de que mi madre haya aparecido aquí sin avisar. El muy cobarde es incapaz de sostener mi mirada, estoy a punto de perder la paciencia con ellos dos.

-¿Cómo estás cariño? Leon me dice que haz estado bastante nerviosa últimamente. -preguntó mi madre tomando mis manos, yo dirigí mi mirada hacia el hombre sentado en la mesa.

-¿De verdad Leon? ¿Llamaste a mi madre para decirle que estoy «nerviosa»? -pregunté con ironía y haciendo las comillas con mis dedos.

-Mi cielo, no te enojes con Leon, él sólo está preocupado por ti, es por eso que me llamó.

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora