Capitulo 29

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Cuando Emily recuperó la calma, decidimos volver al hotel para reunirnos con los padres de Olivia

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Cuando Emily recuperó la calma, decidimos volver al hotel para reunirnos con los padres de Olivia. Yo no tuve tiempo de verlos ayer y es momento de que exprese mis condolencias una vez más, antes de volver a Munich.

Ahora estoy conduciendo el auto hacia el hotel, mientras sostengo la mano de mi alma, su presencia es intoxicante y calmante al mismo tiempo.

La observo con el rabillo del ojo, sin dejar de prestar atención al camino, ella mira por la ventana del auto y por ratos limpia alguna lágrima que cae por sus mejillas pues, por alguna razón, está decidida a no volver a llorar.

Siento el corazón partirse en mi pecho al verla tan triste y me gustaría poder quitarle todo este sufrimiento, pues sé que aunque está luchando por ser fuerte y no llorar, toda esta situación le duele muchísimo y es demasiado para una persona, tener que lidiar con tantas cosas.

Estoy decidido a no dejarla sola esta vez. Yo debo cumplir con la promesa que le hice a Olivia, y ayudar a Emily a recuperar su vida. No me importa si para lograrlo, debo abandonarlo todo, para mí lo más importante es ella y nada más.

Al llegar al hotel, estacioné el auto y apagué el motor.

-Emi, ya estamos aquí.

-Tienes que irte ¿Verdad? -su pregunta me tomó por sorpresa una vez más, parece que en su cabeza hay muchos pensamientos mezclados.

-¿Qué? Emi, te prometí no dejarte.

-Ya una vez lo hiciste. -afirmó mirándome fijamente, sus ojos azules llenos de tristeza.

-Lo sé -respondí y un par de segundos después repliqué -¿Tú, recuerdas que yo te dejé? -la pregunta abandona mis labios y siento que el corazón se me va a salir.

-Lucas, te casaste con Jessica. Me mentiste y yo sufrí muchísimo. Recuerdo eso, recuerdo que te extrañaba.

-Me casé por ti, porque te amo, Emily.

-Tu esposa me odia.

-Jessica tiene problemas mentales.

-¿Los tiene? ¿Estás seguro de eso? Porque parece que lo único que tiene, es que es una mujer defendiendo su matrimonio.

-Emily ¿Qué sucede? ¿Por qué estás dudando tanto?

-Porque tengo miedo. Tengo miedo de que realmente yo sea la única culpable de todo lo que ha pasado. Tengo miedo de recordar que mi vida es un desastre por mi propia culpa.

-¡No lo es! Emi, tú no tienes la culpa de nada, por favor créeme. -tomé sus manos y ella me dejó hacerlo.

-¿Entonces por qué no me cuentas toda nuestra historia? ¿Por qué no me dices cómo fue el accidente en el que perdí la memoria? ¿Por qué estaba en ese pueblo? -reclamó con desesperación. Me sorprendió mucho, porque la verdad es que nunca la había visto así.

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora