Capitulo 20

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La puerta se abrió, revelando a las dos personas que alguna vez me acogieron en su casa como a una hija

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La puerta se abrió, revelando a las dos personas que alguna vez me acogieron en su casa como a una hija. Los padres de Olivia se ven como si muchos años hubieran caído sobre ellos.

Marianne, su madre, luce muy diferente a como yo la recuerdo. Siempre ha sido una mujer hermosa, Olivia heredó su belleza definitivamente. Sin embargo esta tarde, la madre de mi amiga tiene la apariencia de alguien que acaba de perderlo todo.

Las marcas debajo de sus ojos verdes, dan a notar lo mucho que ha llorado. Su rostro está limpio y no lleva ni una gota de maquillaje, no es la abogada exitosa y elegante que yo recuerdo. No, esta mujer frente a mí, luce verdaderamente destruída.

Lleva un vestido negro ceñido a su cuerpo, que llega hasta sus rodillas, con mangas largas y sin ningún tipo de adorno.

Siempre admiré el estilo de esta hermosa mujer. Su perfecta elección del atuendo perfecto, combinado con el maquillaje y peinado sobrio cada vez que salía a trabajar.

Cuando éramos niñas, Olivia y yo solíamos pasar días enteros admirando su enorme walking closet, mientras nos probábamos los hermosos zapatos de diseñador, que guardaba en un lugar «especial» como ella le llamaba.

Pero eso fue hace mucho tiempo, fue en un tiempo en el que todo parecía tan fácil, tan poco problemático. Ahora en cambio, me toca volver a ver a la mujer que alguna vez me enseñó a maquillarme junto a mi mejor amiga, luciendo absolutamente devastada por la pérdida de la luz de su vida.

Sentí el corazón contraerse en mi pecho, al darme cuenta de que nunca más volveré a sentarme a beber té con Marianne y Olivia, nunca más volveré a escuchar su risa contagiosa y nunca más, podré abrazar a mi amada amiga.

Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas al mirar al hombre que solía vivir y respirar para ver feliz a su princesa.

El padre de Olivia es un gran empresario del rubro automotriz, un hombre trabajador y muy exitoso, que dedicó su vida a hacer felices a «sus dos tesoros» Olivia y Marianne siempre fueron lo más importante para él.

Lo recuerdo siempre sonriendo y bromeando con todos, solía decirnos que su carácter jovial le ayudaba mucho en los negocios, siempre decía que una sonrisa no cuesta nada y abre muchas puertas.

Parece que hoy sus consejos no funcionan para él, pues su expresión es de agonía y dolor. Toma la mano de su esposa como si su vida dependiera de ello y yo me siento identificada con él, pues yo estoy sosteniendo la mano de Lucas de la misma manera, como si mi vida entera dependiera de su presencia.

Me quedé en silencio, porque las lágrimas no me dejan hablar ni pensar con claridad. Lucas habló por mí, volviendo a sorprenderme por su facilidad para comunicarse con los demás.

—Señores Taylor, muchas gracias por venir. Nuevamente, lamento mucho su pérdida. —señaló sin soltar mi mano, ahora yo sostengo la suya con mis dos manos y casi casi estoy «colgada» de su brazo.

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora