Después de pasar casi tres horas sentada en la parte trasera de la enorme VAN, por fin pude bajar a estirar un poco las piernas. Me duele mucho la espalda y siento que a esta hora me encantaría tomar un baño de burbujas, sin embargo y por culpa de la maldita de Emily, ahora soy prófuga de la justicia y debo esconderme en este hueco.
—Señora Jessica, este es el lugar del que le hablé. Entiendo que no es a lo que está acostumbrada, pero es lo mejor que encontramos en medio de todo ese desastre. Usted tendrá que quedarse aquí, mientras nosotros vamos a investigar si su rostro ha sido boletinado por las autoridades y también debemos asegurarnos de que nadie nos esté buscando, para que podamos salir del país lo antes posible. —indicó uno de los maleantes a los que les pago por mantenerme a salvo.
—¿Qué dijiste? Ustedes no me dejarán sola en esta pocilga de mierda. Yo no puedo quedarme aquí. —reclamé muy fastidiada, pues la verdad es que el lugar en el que estamos es horrible.
Cuando la policía llegó al escondite en el que teníamos a Lucas y Emily, nosotros tuvimos que huir de inmediato para que no nos atrapen, razón por la cual tuve que acceder a venir con Luciano y Dante a este escondite en la parte más horrible de Munich.
—Señora Jessica, es muy importante que usted permanezca aquí, pues a nosotros solo nos vio la tal Emily y su esposo. Supongo que a estas horas él ya debe haber muerto, después de los disparos que usted le dio. —sentí una punzada en el corazón al recordar los eventos de hace solo unas horas.
Yo le disparé a Lucas.
Sacudí mi cabeza para bloquear los recuerdos y concentrarme en lo realmente importante, debo escapar de la policía, pero antes tengo que asegurarme de que Emily Roberts se muera hoy.
—No me quedaré aquí en este lugar asqueroso.
—Lo siento mucho, pero no hay otra alternativa porque si la llevamos con nosotros correremos el riesgo de que alguien la reconozca. En las noticias ya están hablando de un crimen pasional y no tardarán mucho tiempo en averiguar que usted fue quien le disparó a su esposo. Además de que la tal Emily salió prácticamente ilesa de toda la situación, por lo que es muy probable que le haya dado a la policía algún tipo de retrato hablado de nosotros.
—Está bien, pero no estaré aquí mucho tiempo, además hay un último «trabajito» que necesito hacer. —afirmé.
—¿Cuál?
—Tenemos que matar a Emily Roberts antes de irnos, ella no puede quedar viva después de ser la culpable de todas mis desgracias.
—Señora Jessica, eso no es inteligente ahora, esa mujer está internada en un hospital que a estas horas debe estar lleno de policías.
—¡Me importa un carajo la policía! ¡Ustedes van a ayudarme a deshacerme de esa insulsa de mierda o no recibirán ni un puto centavo más! Recuerden que ahora debo ser la viuda de Lucas y tengo todo su dinero a mi disposición. —sé exactamente cómo negociar con esta gente y que solo se mueven por dinero, así que ahora mismo los tengo comiendo de mi mano por la enorme cantidad de dinero que les he dado y que les he ofrecido para que me protejan hasta con sus vidas.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO
RomanceEn "Mi vida en tu mirada", Emily lucha por despejar su mente y encontrar respuestas a sus sentimientos mientras regresa a Londres con su madre y Olivia, dos semanas después de abandonar el hospital. La sombra de Leon, su "prometido", se cierne sobre...