Epílogo

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El brillo solar que nos regala Munich esta mañana, es perfecto para poner de buen humor a cualquiera, aunque debo confesar que hace casi un año mi vida es solo alegrías y risas interminables

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El brillo solar que nos regala Munich esta mañana, es perfecto para poner de buen humor a cualquiera, aunque debo confesar que hace casi un año mi vida es solo alegrías y risas interminables. 

Lucas es un hombre maravilloso, que a cada segundo que pasa, me enamora más con todas sus atenciones y sobre todo con su inconmensurable amor hacia Olivia y hacia mí. 

Hace casi cinco meses que volvió a jugar fútbol y debo decir que poco a poco ha ido recuperando su nivel y eso me hace sentir muy orgullosa de compartir mi vida con un hombre tan fuerte y valiente como él. 

El entrenador le está dando cada vez más minutos de juego, por lo cual él está muy feliz y lleno de ganas de llevarse el mundo por delante. Aunque para mí, ir al estadio a verlo jugar siempre será una montaña rusa de emociones, pues no puedo dejar de temer por su seguridad, cada vez que le hacen una falta o que lo veo caer al césped. Sin embargo, él es siempre tan adorable, que cuando se levanta, dirige su mirada hacia el palco en el que estamos Olivia y yo, para enviarnos un beso volado y regalarnos una de sus hermosas sonrisas que amaré todos los días de mi vida.

—Mi alma ¿estás lista para irnos? —su aterciopelada voz me sacó de mis pensamientos y sonreí ampliamente antes de responderle.

—Sí, claro ya estoy lista. 

—¿Dónde estabas hace unos segundos? —preguntó sonriendo y tomando mi mentón entre sus dedos —parecías distraída o tal vez debería decir, que estabas muy concentrada mirando el árbol de la terraza. —bromeó.

—La verdad estaba pensando en todo lo que hemos vivido y estoy muy feliz de compartir mi vida contigo. —respondí, poniendo mis brazos alrededor de su cuello.

—Yo también soy muy feliz, cariño. Vivir con ustedes, es un sueño hecho realidad. —afirmó tomando mi cintura y luego me besó apasionadamente. Sus besos son maravillosos y siempre nos cuesta mucho trabajo separarnos, sin embargo, esta mañana no podemos tomarnos unos minutos, pues tenemos una cita muy importante que me tiene demasiado emocionada.

—Mmm esta mañana estás extremadamente sexy, mi dulce alma, haces que sea muy difícil salir de esta habitación. —confesó mi guapísimo esposo, mientras deja besos en mi cuello e intenta al mismo tiempo, alejarse de mí para que podamos llegar a tiempo a la oficina del abogado.

—Esta noche te lo compensaré, pero ahora demos irnos o llegaremos tarde ¿está bien? —sugerí sonriendo y alejándome de sus brazos para volver a peinar mi cabello y retocar mi labial.

—Eso no lo dudes, preciosa. —bromeó, y luego de recoger sus llaves y celular de la mesita de luz, tomó mi mano y salimos de nuestra habitación. 

Bajamos las escaleras y encontramos a nuestra preciosa Olivia jugando con su nana y Agnes. Nuestra adorada señora Collins ríe a carcajadas por las ocurrencias de su «pequeña princesa» como llama ella a Olivia desde que nació. 

Mi vida en tu mirada - Vol. 2- YA EN FISICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora