25. La Bruja de al Lado

481 55 28
                                    

- ¿Qué está tomando tanto tiempo? - inquirió Damon impaciente, mientras caminaba de un extremo al otro de la habitación, con los brazos cruzados sobre el pecho y expresión de fastidio.

- Oh, no lo sé. - escupí de mala gana, abriendo los ojos por enésima vez tras perder la concentración. - Quizás el hecho de que estás actuando como un maldito demente me resulta desconcertante. - tercié. Estaba muy enojada y en aquella oportunidad, el enojo no me ayudaba con mi magia... me desconcentraba.

- Ay, por favor. Ahórrame el sermón. - entornó los ojos y se detuvo, para mirarme directamente a la cara. - Tengo suficiente con Stefan.

- No eres esto, Damon. - insistí retirando las manos del mapa en dónde la sangre de Maxfield se había vertido. - Entiendo que estés herido por lo de Elena pero...

- Detente. - exigió tajante, cortándome en seco. - No pienso hablar de eso. No contigo. – entonces me dio la espalda, ignorándome deliberadamente.

- ¿No conmigo? - fruncí el ceño desconcertada y me crucé de hombros expectante. - ¿Eso que significa?

Damon se volvió y me miró directamente a los ojos, luciendo verdaderamente molesto por algo. El problema era que no tenía idea de qué se trataba. Cuando alcé las cejas y lo miré inquisitiva, él chasqueó la lengua frustrado.

- ¡Tú me besaste! - acusó, señalándome con su dedo índice y dando un par de pasos hacia mí.

- ¡¿Qué?! - fruncí el ceño, completamente desconcertada.

- ¡Me besaste y eso revolvió las cosas y por eso Elena me dejó! - reclamó alzando la voz. - ¡Así que no, no pienso hablar de eso contigo!

- Claro. - reí por lo bajo, incrédula. - Supongo que es más fácil culparme, que tomar responsabilidad por la mierda que haces. - Damon me fulminó con la mirada. - Nuestro beso no tuvo nada que ver con tu ruptura. - negué rotunda. Recordaba perfectamente la conversación que había mantenido con Elena después de aquella situación. Ella había estado tranquila y se había mostrado comprensiva.

- No es lo que Elena dijo. - se encogió de hombros. - Dijo que no podía estar con alguien que tuviera sentimientos por su ex y luego me dejó.

Miré a Damon desconcertada y guardé silencio. Nunca antes Damon se había referido a mí como su ex, pero suponía que lo era, aunque nunca hubiéramos tenido una relación oficial. Pero aquello no era lo desconcertante. Lo desconcertante era que Elena le hubiera dado aquel motivo a Damon para romper con él. Primeramente, porque me había dicho no sentirse amenazada en absoluto por lo que había sucedido y segundo, porque aquella misma mañana me había dicho que no podía estar con Damon porque era un desastre... no porque tuviera que ver conmigo.

- Pero tú no tienes sentimientos por mí. - fue lo que salió de mi boca, en un intento por refutar lo que Damon decía.

- Siempre tendré sentimientos por ti, pero ese no es el punto. - terció malhumorado y sin darle mayor vuelta al asunto.

Abrí la boca para responderle a Damon cuando Enzo se aclaró la garganta a través de la videollamada.

- Por mucho que disfruto el drama... ¿necesito recordarles a ambos que tengo un rehén y puedo matarlo en cualquier instante? - quiso saber un poco irritado de no estar recibiendo la atención que deseaba.

Yo volví la cabeza con agresividad hacia la pantalla del teléfono que Damon había dejado en la repisa.

- Toca otro cabello de la cabeza de Jeremy y voy a hacer que te explote la cabeza. - amenacé apretando los dientes con fuerza, tanta que rechinaron. - Literalmente.

Alexandra Petrova: Fin del CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora