11. Ciencia Sobrenatural

674 55 19
                                    

- ¿Cómo es esto posible? - inquirí con la boca abierta, incapaz de despegar mis ojos de mi nueva doppelganger. O mejor dicho, de la persona de quién yo era doppelganger y quién había originado todo aquello.

- Para resumir lo obvio: Qetsiyah no la mató. - explicó Damon, mientras la chica dentro de la celda continuaba discutiendo con el aire. - Sólo existe una dosis de la cura y tiene destinado usarla en Silas. - recordó con dramatismo fingido. - Así que, la transformó en el ancla del Otro Lado.

- ¿El qué? - negué con la cabeza, apartando los ojos de Amara por primera vez y mirando a Damon, confundida.

- El objeto utilizado para crear el hechizo del Otro Lado. - explicó. Stefan alzó las cejas, incrédulo.

Repentinamente, Amara comenzó a gritar, volviendo a atraer mi atención... mientras golpeaba las paredes.

- ¿Qué le ocurre? - preguntó Stefan, sin poder contenerse.

- Qetsiyah la convirtió en un bloque de roca por dos mil años. - señaló Damon, frunciendo el ceño, mientras miraba a la chica con preocupación. - Probablemente se volvió un poco loca como esos náufragos que hablan con balones de voleibol.

- ¡No lo sé, no lo sé! - gritó Amara en ese momento. Stefan parpadeó un par de veces, atónito.

- ¿Me estás diciendo que ésta chica es lo que mantiene el Otro Lado unido? - la incredulidad discurría de su voz.

- Si. - asintió Damon, con una sonrisa negra. - Ella es el ancla.

- ¡Déjame en paz! - volvió a gritar la chica, dando un giro brusco para encarar a otro enemigo imaginario.

- Mientras ella esté viva el Otro Lado existe, y podemos seguir intentando traer a Bonnie de vuelta. - miré a Damon, consciente de que mis ojos brillaron con urgencia.

- ¿Bonnie? - corroboré.

- Sí. - Damon asintió y miró a Elena de reojo, dedicándole una pequeña sonrisa. - Silas prometió por la garrita que hará un hechizo para traerla de vuelta. - hizo una pausa y puso mala cara. - El problema es que anoche Amara abrió un hueco en el cuello de Silas y le succionó la cura de su sistema. - explicó, mientras miraba con preocupación como Amara, dentro de la celda, comenzaba a morderse las muñecas. - Lo que significa que no solo está loca sino que es mortal, y debemos asegurarnos de que su débil corazón humano siga latiendo hasta que podamos recuperar a Bonnie. Lamentablemente, Silas se está tomando su dulce tiempo en regresar. - cuando las muñecas de Amara comenzaron a sangrar, Damon bufó, entornó los ojos fastidiado y abrió el seguro de la puerta. - ¡Ah Amara, detente! - se quejó y sujetó a la chica, para evitar que siguiera mordiéndose las muñecas hasta desangrarse. Ya se había arrancado un par de tajos y no pude evitar que el estómago se me revolviera. Realmente estaba loca.

- ¡AHHHHHH, NO, NO! - gritó, debatiéndose desesperada entre los brazos de hierro de Damon. - ¡DÉJAME MORIR! ¡QUIERO MORIR!

Repentinamente, los recuerdos de una habitación completamente blanca pasaron por mi mente como en una luz cegadora. La boca se me llenó de saliva y comencé a sentir un dolor fuerte en el pecho.

- No... - gemí, retrocediendo con la palma de la mano abierta, hasta dar con la pared. Cerré los ojos e intenté regular el ritmo de mi respiración por un poco más de un minuto.

- ¿Alexa, estás bien? - inquirió Stefan, acercándose y colocándome una mano en el hombro, que me trajo de vuelta a la realidad.

- Sí, estoy bien. - asentí rápidamente, intentando restarle importancia. - Estoy bien.

Amara continuó gritando, hasta que Damon tuvo que colocarle un tranquilizante para que se quedara dormida. Cuando estuvimos de vuelta en la cocina, Damon bromeó:

Alexandra Petrova: Fin del CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora