El recorrido fue distinto, subimos por las escaleras que llevaban a la biblioteca. Este piso era diferente, contaba con muchos pasillos, tenía muchas decoraciones, mesas con algunos pacientes dibujando o leyendo. Tenía grande sillones, y algunos cuadros y figuras que no podía comprender.
A medida que avanzamos, podía escuchar más voces.Al final del pasillo nos encontramos con una puerta enorme, la cual estaba abierta y se podía observar que había demasiada gente.
— Creí que todos se encontraban afuera.
— Sólo se nos permite una hora por sección. — Respondió Belia. — La mayoría viene a este lugar luego de sus actividades.
— ¿Tienen todas las horas controladas?
— Si cada sección cuenta con un cronograma. — Respondió. — Por eso es difícil cruzarse con otras secciones, los únicos encuentros son en el comedor o cuando terminan sus actividades. La mayoría viene a la biblioteca, es el lugar más grande.
— ¿Qué actividades puede tener este lugar?
La verdad que dudaba que algo en este lugar pueda ser normal.
— Sé lo que estás pensando. — Observó indignada mí gestos de disgusto.— Te puedo asegurar que las actividades son normales y obligatorias.
— ¿Y si no quiero hacer ninguna? Ni siquiera sé cuáles son.
— Son necesarias para el progreso de tu tratamiento. Escucha, las actividades son a elección puedes hacer algún deporte, un taller de lectura o arte. Es necesario para poder establecer una relación con los demás pacientes.
— A mí no me interesa ser sociable.— Respondí. Lo que menos pensaba era buscar amigos en este lugar.
— No es tu elección.— Borró su sonrisa. — Es una parte fundamental del tratamiento que nos permite poder volver a la rutina en sociedad.— Era la primera vez, desde que la conocí, que la veía tan seria.
— Quiero ir a conocer tu grupo. — Desvíe la atención de la conversación, no me parecía adecuado discutir un tema tan delicado con ella, en todo caso lo hablaré con un supervisor.
— Por supuesto, ellos estarán encantados de conocerte.— Sonrió y volvió a su estado de ánimo natural.
Me guió de nuevo a la entrada de la biblioteca, al entrar pude notar que los grupos estaban separados, todos vestían igual, uniformes blancos con distintivos en forma de luna, cada sección con su color.
La de Belia era verde eso significaba que le quedaba poco tiempo en este lugar, quizá por esa razón fue la encargada de guiarme, su tratamiento se lo permitía.Estábamos acercándonos a las mesas del final, cuando me quedé observando a una chica, estaba en una de las mesas del medio, sola. Su sección era negra, lo supe por su luna.
No podía distinguir muy bien su cara ya que se encontraba escribiendo, pensé en reanudar mi camino pero ella levantó su mirada y me observó fijo, me paralice, no por su mirada sino por lo que podía ver en ella.
Entonces lo supe, algo no iba para nada bien conmigo no podía ser normal.
— ¿Estás bien? —Belia me tomó del brazo.
— Si, sólo me sentí un poco mareada. — Mentí dirigiendo mí atención hacia ella. — Me gustaría ir al baño.— Podemos ir luego de que te presente a mí grupo.— Trató de insistir.
— Primero el baño, hay tiempo para conocerlos. — Hizo una mueca de disgusto, pero se resignó y me guió por uno de los pasillos de antes.
El baño no estaba lejos, sólo a unos cuantos pasillos por detrás de la entrada de la biblioteca.
Belia me esperó afuera, cuando estuve dentro puse seguro a la puerta. Observe muy bien en buscar una cámara o algo pero estaba vacío, ni siquiera tenía una ventana.
Era blanco y limpio como todo lugar, tenía tres lavamanos y contaba con 3 cubículos.
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Enigma #1
Mystery / ThrillerDespertarse en un hospital psiquiátrico con personas desconocidas es aterrador, pero el mayor problema es no recordar ni siquiera tu nombre. Nuestra protagonista se ve obligada a formar alianzas para poder sobrevivir, a medida que va investigando s...