CAP 8: PARANOIA

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Viernes 7 de julio

El despertar fue peor que el día anterior, me levanté aturdida, mi cabeza dolía por el episodio que tuve anoche y sobre todo porque fui asustada por una alarma.
La voz de una mujer anunciaba la hora del desayuno, 8 am.

Fui en dirección al baño, un lugar pequeño que solo contaba con un inodoro y un lavamanos.
Cepille mis dientes y lavé mi cara. Me decepcionó no encontrar un espejo, quizás si veía mi reflejo podía recordar algo sobre mí, podría saber si algo de mi pesadilla fue real. Lo raro era que en ninguna parte había visto uno, ni siquiera en los baños de las salas.

Cambie mi ropa de dormir por otra que era igual, blanca y lisa. Unos golpes en la puerta hicieron que me pusiera alerta.

— Soy Belia. — Anunció mientras seguía golpeando la puerta.— Ya es la hora del desayuno no creo que quieras llegar tarde, a los supervisores no les gustará.

Al abrir la puerta su mano queda suspendida en el aire, su rostro refleja sorpresa. —¿Por qué no les gustaría? ¿Puedo recibir un castigo por llegar tarde? ¿Es un hospital o una cárcel?.

— Buen día Belia, gracias por pasar por mí eso es muy dulce de tu parte. —Me ofrece una sonrisa mientras juega con su con su cabello.— ¿Por qué siempre tan a la defensiva? Nadie te dirá nada.

Puede que Belia tenga razón y sea una paranoica, pero no podía evitarlo muchas cosas en este lugar no me terminaban de convencer, ella y su grupo me generaban desconfianza. Claro que mis pesadillas ayudaban menos a mis nervios, solo me mantenían más alerta y a la defensiva.

—¿Entonces por qué tanta insistencia en llegar puntual?— Mí pregunta solo fue para desviar la atención, no quería que ella supiera de mis sospechas.
Lo mejor era mantener un perfil más relajado.

—Porque estás en tu etapa de evaluación. Si ellos ven que eres alguien aplicada y responsable, te dejarán quedarte en la sección verde con nosotros ¿Eso no sería genial?

Lo único bueno sería estar un poco más cerca de salir de este lugar, aunque no creía que me dejaran ir tan fácil. No me hacía mucha gracia estar en la misma sección que ella y su grupo pero la sección verde es la menos vigilada, eso era una ventaja.

—Claro sería genial. —Contesté mientras salíamos de mi habitación.
De camino al comedor ya me encontraba un poco más orientada, recordaba como ir y los lugares que estaban cerca.

— Agaris tenía que buscar unas cosas, por eso no pudo acompañarme.— Belia parecía más animada que de costumbre.

— Está bien, de todas formas la veremos en el comedor. —La verdad es que poco me importaba lo que ellos hicieran.

Belia hablaba demasiado y yo solo sonreía mientras fingía escuchar lo que decía, pero lo que en verdad hacía, era observar el lugar. Me entretuve mirando a un grupo de la sección violeta que me miraba fijo, me gire en dirección a Belia, pero antes que pueda preguntarle algo sus gritos me callaron.

—¡Puedes mirar por dónde caminas!— Belia le estaba gritando a una chica de la sección negra.

La chica solo le dedicó una mala mirada y se alejó ignorando por completo la situación.
—La gente de la sección negra son los más raros. — Belia sonaba frustrada, hasta el momento era la única vez que la veía enojada.

Mire a nuestro alrededor nadie se había preocupado por los gritos de Belia, todos seguían en sus asuntos, los únicos mirando eran el grupo de la sección violeta, raro. Pero lo más raro es que ningún supervisor se acercó, se supone que estos comportamientos entre pacientes no está permitido. Eso me hizo pensar que quizás el grupo de Belia si tenga algunos tratos más especiales, eso no podía ser bueno.

— Podemos irnos, ya estamos llegando tarde y tengo hambre.— Mentí, el grupo que me observaba me estaba poniendo muy incómoda.

—Si, lo siento es que no me agradan los de la sección negra.— Dijo mientras retoma el camino al comedor.

— Creí que no te gustaba juzgar a las demás secciones.

Obvio que ella era demasiada falsa, pero la conversación me recordó a la primera vez que me habló de no tener prejuicios con los demás pacientes.

— Si bueno no todos me agrandan. Sabes...— Se acercó más y bajó la voz. — No todos aquí son muy agradables pero tranquila ya eres parte de nuestro grupo, mientras estés con nosotros todo estará bien.

Solo le dediqué una sonrisa, eso había sonado más como una amenaza que como algo reconfortante. No entendía lo que trataba de lograr ¿Por qué era tan importante que esté en su grupo? Si apenas me habían conocido ayer, su trato atento no era normal, era un nivel superior como si fueran a controlar lo que hacía.

Tuve un mal presentimiento como si ellos ya me conocieran, quizás por eso estaban tan pendientes de que no me alejará de su lado ¿Querían asegurarse de algo? Puede que yo sepa algo que ellos no quieren que recuerde. ¿Pero qué?                                                                          
Me estaba volviendo loca, tantas teorías que tenía en mi cabeza, quizás ninguna era real solo yo siendo paranoica por no recordar nada.

Al llegar al comedor, nos sentamos en una de las mesas del fondo esperando a que llegaran los demás, Belia no paró de hablar un segundo. Se nos acercaron dos personas con una bandeja con el desayuno, supuse que eran los encargados de la cocina.

— ¿A qué hora tienes tu sesión?— Preguntó Belia.

—A las 10, luego de eso podré inscribirme en las actividades que decida.

— Podrías anotarte en nuestro club de ajedrez. — Sonrió mientras daba palmaditas de felicidad.

— No recuerdo como se juega, de todas maneras no es algo que me interese.— Me observó con el ceño fruncido pero antes de que pueda contestar los chicos aparecieron.

—¿Por qué tardaron tanto?— Belia no parecía muy feliz.

— Porque teníamos que arreglar unos asuntos de nuestra sección.— Contesto Beliel mientras pasaba uno de sus brazos por los hombros de Belia.— Yo también te extrañe, ahora podemos desayunar tengo hambre.

Mientras comíamos solo opinaba lo necesario mientras ellos reían de chistes que hacía Baco. Al terminar el desayuno me llevaron a dar un paseo por el lugar, realmente era hermoso.

Mi recorrido terminó en un salón que tenía una vista increíble hacia el bosque, mientras ellos hablaban yo observaba por la ventana.

— ¿Cuándo voy a poder salir?— Interrumpí su conversación.

— Nunca.— Rio Baco.

— Cuando decidan tu sección, estoy segura que será luego de tu primera sesión.— Trató de animarme Agaris.

—¿Todos las secciones tiene permitido salir?

— Si, pero tranquila hay demasiada seguridad. — Contesto Agaris.— Todo el lugar está controlado, además el pueblo más cercano se encuentra a unos 20 minutos en auto.

—¿Y cuánto tiempo se les permite estar fuera?— Antes que pueda seguir hablando Baco me interrumpió.

—No entiendo porque tanta insistencia en querer salir, de todas maneras no vas a poder escapar. — La forma en la que hablaba no era broma, era malicia como si me odiará.

—¿Siempre eres así de fastidioso? ¿O solo te gusta llamar la atención? —Le sonreí. — No necesitas decir idioteces para ser el centro de atención podrías probar con decir cosas interesantes y útiles.

Todos rieron menos Baco, no era una novedad que él no fuera mi fan, pero este nivel de odio es como si ya me conociera.

—Nueva.— La voz de la supervisora Lidia interrumpió cualquier tipo de contestación de Baco. — Te esperan para tu primera sesión.
Asentí mientras me dirigía hacía ella.

Me estaba comenzando a sentir mal, estaba muy nerviosa y ni siquiera sabía porque pero quería salir corriendo, aunque sabía que no podía eso sería raro.

Tenía que relajarme no podía llegar así a mí primera sesión, la supervisora lo notaría, empecé con las respiraciones eso me mantuvo tranquila hasta llegar a la oficina.

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