CAP 5: ELITE.

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Miércoles 5 julio de 2015.

Estaba pintando en mi habitación cuando mi teléfono sonó, era una llamada de mi hermano eso significa una cosa, problemas. Él nunca llamaba a menos que fuera urgente.

— Hola.— Lo atendí de inmediato.

— Está con vida. — Me paralice, no necesitaba que me dijera de quién hablaba, lo sabía.

— ¿Cómo? Eso no puede ser posible, dijeron que todos murieron la única que sobrevivió fue..

— Eso no importa. —Me interrumpió. — No sabemos cómo sobrevivió pero lo hizo, la encontraron al borde de un colapsó, en una iglesia. Está desorientada por los medicamentos quizás no recuerde nada.

— Si no recuerda nada no es una amenaza.

— No tenemos que confiarnos, la llevarán mañana a primera hora, tu prioridad es hacer que no recuerde nada.

— ¿Cómo quieres que haga eso? Su mente está fuera de mí control.— Odiaba cuando hacía eso dejarme el trabajo más pesado a mí, me trataba como si fuera una más de sus empleadas y no su hermana.

—Algo vas a pensar. Lo importante es que no salga de ese lugar ¿Está claro?— Sonaba enojado y eso no era bueno.

— Está bien, mi grupo y yo nos encargamos. — Sabía que no era buena idea discutir con él, yo podía tener algo de poder en este lugar pero nada comparado al suyo.

— Sabes que si hay algún problema lo tienes que hablar con ella, aunque no te agrade es mi socia. —No me gustaba hablar con ella, daba miedo y sobre todo desconfianza pero mi hermano le tenía suma confianza.

— Sigue sin agradarme. — Apreté el teléfono con fuerza, tratando de controlar mi ira. — No podemos confiar en ella.

— Ya hablamos del tema, me ha demostrado su lealtad. Mató a uno de los suyos para salvarme, ha logrado que volvamos a tener el control en el negocio.

Eso era cierto tenemos el poder gracias a ella, quizás era más miedo que desconfianza de todos modos no la queria cerca.

— No quiero hablar con ella.

— Me importa una mierda lo que quieras, ella se encarga de estos temas. Es mi última palabra.— Uso el tono que usaba para intimidar a sus empleados.

—Esta bien. — Colgué la llamada enojada. Lancé el teléfono contra la puerta de mi habitación.

Lo odiaba, siempre era lo mismo, me sentía tan inferior cuando se trataba de él, lo peor es que era lo cierto. Jamás estaría a su altura por eso mis padres le dieron el manejo del negocio a él y no a mí.

Tenía que tranquilizarme, yo jamás perdía el control excepto cuando hablaba con él.

Salí de mi habitación en dirección a la sala de mi sección, estar en este lugar tenía sus ventajas, al menos para mí. Al llegar me encontré con los chicos sentados en los sillones, Belia y Beliel estaban tonteando como siempre mientras que Baco se encontraba leyendo uno de sus comics.

—Tengo noticias.— Llame su atención. —Malas.

— ¿Que tan malas?— Preguntó Baco.

— Está viva. — Beliel dejó de reír.

Belia se levantó de golpe y hablo. —Eso no puede ser, ella murió Natán lo vio él dijo...

— Nos mintió. —Belia fue interrumpida por Baco. — No se hagan los sorprendidos alguien tan inteligente y poderosa como ella no es tan fácil de matar.

— ¿Y si estabas tan seguro por qué nunca dijiste nada?— Cuestionó Beliel. — ¿Acaso te parece divertida esta situación? Te recuerdo que ella nos quiere muertos eso te incluye.

—Basta, no es momento para discutir no ahora.— Decidí intervenir. — Mi hermano me habló, ella vendrá mañana y no recordará nada. Debemos hacer que permanezca en este lugar sin que recupere sus recuerdos.

— Eso no será fácil, ella es astuta nos descubrirá. —Belia sonaba asustada.

— Es nuestra única opción.

— ¿Por qué no matarla? Si ella no recuerda estará vulnerable es nuestra oportunidad.— Insistió Belia.

— ¿Crees que es tan fácil matarla?— reí.— No seas ingenua Belia, si intentamos matarla correremos peligro de que despierte sus poderes. No podemos arriesgarnos, tenemos que ser cuidadosos.

—¿Cuál es el plan?— Dijo Beliel.

— Quiero asegurarme que no recuerde nada por eso mañana cuando llegué, Belia se encargará de ella mientras nosotros distraemos a los supervisores.

—¿Por qué yo? — Replicó Belia.

— Porque si voy yo podría recordar, ademas ver a una chica quizás le sea más ameno para su situación.

— Estoy de acuerdo.— Baco puso su atención en mi. — Pero Belia no es muy agradable podría hacerla enojar, eso desataría su poder.

— Ey puedo ser muy agradable.— Cuando Belia se enojaba parecía una niña.

— No quiero que seas agradable, quiero que la presiones. Si ella hace un escándalo los supervisores la mandarán a la sección negra, le será más difícil salir de este lugar si eso ocurre.

— En eso puedo ser muy buena.— Me ofreció una media sonrisa.

— Deben comportarse, hacer que se sienta segura. Por ningún motivo debe recordar, si eso llegara a ocurrir sería nuestro fin.

— Siempre tan mandona Agaris te estas volviendo aburrida. — Baco podía ser muy fastidioso, pero yo sabía como manejarlo.

—Si no te gusta puedes volver a tu sección.— Me acerque de modo que solo él pudiera escucharme.— Estoy segura que alguien estaría muy contento de recibirte en la sección negra.

Me alejé para poder ver su cara, pude ver como se tensaba, sabía que era un tema delicado para él, más aún cuando casi muere a manos del psicópata de su anterior sección.

— No es un tema para hacer chistes idiotas.

— Este tampoco ¿Sabes lo que significa que ella recuerde quién es? — Cuestione enojada. El no respondió y desvío su mirada.

— No es momento para peleas, hay que estar unidos. — Intervino Beliel. —Ella va a estar aquí mañana, tenemos que estar preparados.

— ¿Crees que la socia de tu hermano nos mintió?— Preguntó Baco.

— No, por mucho que ella no me agrade está de nuestro lado.

— ¿Cómo estás tan segura? — Belia estaba asustada, todos le teníamos miedo a la socia de mi hermano.

— Porque ella quiere venganza, tiene el mismo objetivo que nosotros.

Ellos no dijeron nada más, supongo que estábamos un poco nerviosos por la llegada de alguien tan poderoso a este lugar.

— Saben lo que tienen que hacer no quiero fallas.— Ellos asintieron a mi orden. Salí del lugar en dirección a mí habitación.

—Agaris. — Antes de que pueda llegar a la puerta Beliel me detuvo. — Esto no va a salir bien.

— Quizás, pero no tenemos opción.— Sonreí.— Después de todo somos la élite. No podemos permitirnos tener miedo.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora