CAP.41: NO EXISTEN LADOS.

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Quizás Sam no mató a la hija de Zafira, pero de algo estaba segura, él era una persona violenta e inestable.

Lo que me hacía dudar de su confianza, tenía que salir de este lugar lo antes posible, si alguien descubre nuestro plan lo más seguro, es que nos maten.

No podía morir, no después de haber recuperado algunos de mis recuerdos, tenía que ir al pueblo donde estaban Félix y Lena, ellos se encargaran de encontrar a los demás. Había arruinado el plan para protegerlos, no podía morir y dejarlos a su suerte, tenía una promesa que cumplir. Encontrarlos a todos, luego me encargaría de hablar con la reina del otro mundo, Freydis.

Aunque mis recuerdos aun eran borrosos, extrañaba a mi gente, con ellos me sentía segura, las únicas personas a las que dejaría mi vida en sus manos, sin dudarlo. Mi cabeza no paraba de pensar ¿Estarán bien?¿Tienen problemas?¿Están lastimados o prisioneros?

Tenía miedo de lo que podía pasarme, pero más me asustaba que las personas que amo salieran heridas, no podía permitirme rendirme en este momento, no cuando tanta gente contaba conmigo.

En dos días no iríamos de este lugar, eso estaba decidido, no podía seguir alargando la espera, el tiempo es valioso, la ventaja es que nadie sabe el plan, por ahora.

Tenía poco tiempo para encontrar las pruebas, según Zafira era lo único que faltaba, ella tenía nuestro escape controlado.

Trate de usar mis poderes, para poder salir de mi cuarto sin que me notara, pero estaba demasiado frustrada, muchas cosas pasaban por mi cabeza y eso me impedía controlar el poder.

Me frustraba tener este tipo de ventajas y no saber usarlas, en serio, era demasiado inútil ser tan poderosa pero no poder tomar ventaja de eso.

Me quedé en mi cuarto intentando una y otra vez, no tenía ánimo de ir al taller, no después del numerito que hizo Sam. Sabía que el no ir me traería problemas, había faltado muchas veces al taller, con excusas tontas. De todas formas, no me preocupaba, no iba a estar mucho tiempo en este lugar y Zafira se encargaría de esos detalles.

No se que número de intento fue, pero logré calmarme y despejar mi mente, pude usar mi poder.

Recordé el camino hacia el taller de ajedrez, los únicos que estaban en ese lugar eran Belia y Beliel.

—  Tenías que ver su cara. — Dijo Belia.— Estaba asustada, se reconocer las miradas, él la está intimidando o algo así.

— ¿Y qué quieres que hagamos? — Preguntó Beliel frunciendo sus cejas.— Si le decimos la verdad no va a creernos, va a enojarse mucho con nosotros. Además no me creo el cuento de que no recuerde, ella puede ser un poco tonta, pero está actuando.

— Si lo se, pero eso no significa que algo le está pasando. Si ella supiera la verdad de lo que pasó con Keira, quizás.

— ¿Quizás qué? — Interrumpió Beliel.— ¿En serio crees que ella va a dejar todo y ser amigos? No es estúpida, va creer que le mentimos.

— ¿Y la vamos a dejar morir ?— Belia parecía indignada.

— Su muerte no me va a quitar el sueño.

— Nadie merece morir de esa manera.— Dijo Belia con una expresión triste.— Se que quizás nos mate, pero podríamos dejarle una carta o algo explicando lo que pasó.

— No voy a dejar que te arriesgues así, mucho menos por alguien que no está de nuestro lado.— Contestó enojado.

Antes de poder escuchar la conversación completa, unos golpes en mi cuarto, hicieron que volviera a reaccionar.

— Mierda.— Dije frustrada. Había perdido la oportunidad de escuchar la conversación, parecía muy importante, ellos hablaban de mí, y de Keira la hija de Zafira, todo tenía sentido, me comparaban mucho con ella.

—¿Estás ahí? Soy Ziara.

Abrí la puerta y la vi recostada en el marco.

—  ¿Qué pasó?— Pregunté preocupada.

— Zafira nos quiere a todos en su oficina, parece que tiene que decirnos algo.

Ambas caminamos en silencio, la verdad es que necesitaba respuestas, y quizá ella podría dármelas.

— ¿Qué sabes de Keira?— Pregunté.

Ella me observó con el ceño fruncido.

— Lo mismo que todos, estaba con la élite y un día desapareció. — Dijo encogiéndose de hombros. — Es obvio que algo pasó o se metió con algo importante, la verdad nunca me importó mucho, no la conocía.

— ¿Ella salía con Baco?

— ¿Por qué esa pregunta? — Dijo riendo.— Ella estaba muy enamorada , pero él siempre fue claro, le dijo que no sentía lo mismo. Eran muy buenos amigos.

— ¿Por qué sabes tanto? Creí que no te importaba ella.

— Ella no, pero Baco y yo nos conocemos.

— ¿Salieron juntos? —Pregunté sorprendida.

— Dios no. — Rió más fuerte. — Nos conocemos hace bastante, él me ayudó con un problema mío, somos como socios o algo así. El necesita un favor yo lo ayudo, y así.

— ¿Entonces porque estas de nuestro lado?— Pregunté confundida.

— No existen lados, todos queremos salir de este lugar. Los de la Élite, no son mis personas favoritas, pero al igual que nosotros no están en este lugar porque les guste.

— ¿Alguien los obliga?

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora