CAP. 43: BELIEL.

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Belia estaba durmiendo sobre mi regazo, verla dormir era de las únicas cosas que me gustaba. No era alguien muy interesado en la vida, nada me importaba, la gente me fastidiaba y lo único que me interesaba eran mis libros. Jamás le di importancia a personas reales, las personas siempre me parecieron seres mentirosos y llenos de odio, yo no era la excepción, hasta que la conocí.

Era la persona más insoportable que había conocido, pero por primera vez, alguien hizo que dejara de lado mis libros para estar en el mundo real. Siempre fui odioso y desinteresado, pero fastidiarla, en las horas que compartimos, me tenía con una sonrisa toda la noche.

Conocerla fue lo mejor, que ella me diera el privilegio de conocer cómo era realmente, me hizo pensar que los ángeles sí existían y ella era uno.

Siempre estaba alegre e intentaba ayudar a los demás, por más que ella estuviera totalmente destruida siempre sonreía.

Me dolía tanto que ella sintiera tanto dolor, yo que jamás pude sentir nada, sentía todo cada vez que la tenía cerca.

Toda esta situación la ponía peor, ella había mejorado, con sus sesiones había logrado superar muchas cosas y avanzar, pero cuando Aurora apareció, volvió el sentimiento de culpa.

Yo jamás había experimentado ese sentimiento, no me interesaba lo que pasaba a los demás, cada uno tiene que velar por sus prioridades, si las cosas salen mal te haces cargo, y ya. Pero Belia no pensaba lo mismo, ella creía que todo el mundo necesitaba ayuda, y estaba dispuesta a ayudar.

— ¿Qué hora es?— Preguntó aún adormilada.

— Tenemos que ir al taller.

Ella asintió mientras se levantaba y se cambiaba.

Me levanté al baño, lave mi cara, trataba de pensar en toda la gente que lastime, Belia decía que el karma existe, que ella está tranquila porque mucha gente que hizo daño va a pagarlo.

Eso no me asustaba, pero yo era alguien que lastimé a mucha gente, no quería que el karma me quitara lo único bueno que había tenido en mi vida. Estaba seguro que Aurora, sabia muy bien mi debilidad, ella era mi puto karma, y no dejaría que lastimara a Belia, ni ella ni nadie, nunca mas.

Cuando llegamos al taller éramos los primeros, Belia estaba muy callada.

— ¿Qué pasa?— Pregunté, aunque ya sabia la respuesta.

— Estoy preocupada. — Dijo mirando hacia otro lado.

La conocía bien, cuando ella no me miraba, era porque sabía que lo iba a decir no iba a gustarme.

— ¿Es por ella cierto?

— Creo que algo malo está pasando, con ella y el chico de la sección violeta.

— ¿Y? Ese no es nuestro problema, quizás estén haciendo un complot, eso no es bueno. Tendremos que hablar sobre el tema con los chicos.

— Quizás si están en un complot, pero ella estaba intimidada. Cuando estaba yendo al comedor los vi, él se estaba acercando a ella, fingía no verlos quería confirmar que eran amigos, pero ella se paralizó, y me llamó. Puso en riesgo que descubriera su relación con ese grupo, prefirió estar conmigo, y sé que no le agrado, pero me pidió ayuda de manera indirecta.

— No puedes ayudar a todo el mundo Belia.

— Tenías que ver su cara, estaba asustada, se reconocer las miradas, él la está intimidando o algo así.

— ¿Y qué quieres que hagamos?— Pregunté con el ceño fruncido.— Si le decimos la verdad no va a creernos, va a enojarse mucho con nosotros. Además no me creo que no recuerde, ella puede ser un poco tonta, pero está actuando.

— Si lo se, pero eso no significa que algo le está pasando. Si ella supiera la verdad de lo que pasó con Keira, quizás.

— ¿Quizás que? —  Interrumpí. — ¿En serio crees que ella va a dejar todo y ser amigos? No es estúpida, va creer que le mentimos.

— ¿Y la vamos a dejar morir? — Belia parecía indignada.

— Su muerte no me va a quitar el sueño.

— Nadie merece morir de esa manera.— Dijo Belia con una expresión triste. — Se que quizás nos mate, pero podríamos dejarle una carta o algo explicando lo que pasó.

—No voy a dejar que te arriesgues así, mucho menos por alguien que no está de nuestro lado.— Contesté enojado.

— Por favor.— Suplicó. — Si quieres lo puedo hablar yo, pero necesito hacer esto.

— Esta bien, pero lo voy a hacer yo.— Dije serio.

Ella me abraza sonriente y lleno mi cara de besos.

— Eres el mejor, te amo.— Dijo dándome picos.— Prometo que no voy a molestarte más mientras estés leyendo.

Eso era mentira, y ella lo sabía, pero igual me mantuve con una sonrisa, ella podía interrumpirme toda la vida, y seguiría amándola todos los días.

Cuando terminamos el taller, espere que se hiciera la noche para decirle la verdad Aurora.

Deje a Belia durmiendo, no quería que se involucre en el tema, esto podía salir muy mal, estaba seguro que ella se iba a enojar, pero no era algo que iba a poner en discusión, podía cumplir todos sus caprichos, pero exponerla así, jamás.

Cuando llegue a su cuarto, toque la puerta y ella la abrió al instante. Por su expresión pude notar que, no era a mí a quien esperaba, estaba en shock.

Cuando reaccionó intentó cerrar la puerta con fuerza, pero la detuve. — Tenemos que hablar.— Dije serio.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora