Me levanté en mi cuarto con un dolor de cabeza horrible, la situación me recordaba al primer día que estuve en este lugar, la diferencia era que ya no estaba tan perdida como antes.
Quizá no tenia todos mis recuerdos, pero sabía que hice y quien era, sabia quien era mi familia, pero lo más importante es que sabía que tenía que hacer para recuperarlos.
Era la mañana, eso quería decir que dormí todo el día de ayer, tanta información me había colapsado, todavía me costaba trabajo saber que era alguien tan importante.
Lo que más me dolía de los recuerdos, era no poder saber si mi grupo estaba bien, ellos no eran amigos ellos eran mi familia.
Me levanté acelerada en busca de Zafira, tenía que hablar con ella, era la única persona que podía aconsejarme, además mis instintos estaban más agudizados, sabía que ella era de confianza.
Cuando abrí la puerta, Belia y Beliel estaban viniendo en mi dirección.
— Hola, ayer tuvimos un día muy ocupado con nuestra sección.— Dijo Belia.— Esperemos que no la hayas pasado mal.
— No, la verdad es que dormí todo el día.— Belia río al igual que yo, Beliel solo me observaba como si se hubiera dado cuenta, que lo que dije, fue real.
Cuando llegamos al comedor, Agaris y Baco parecían muy serios hablando de algo, parecía importante. Belia se sentó primera y les susurró algo que no llegue a escuchar, Agaris levantó su mirada y me sonrió, Baco solo me miró como si presencia le fastidiara.
— Hola.— Dije mientras me sentaba.
— ¿Cómo estuvo tu día ayer?— Preguntó Agaris, aun manteniendo su sonrisa.
— Muy bien.— Respondí.
Antes que alguien diga algo más, Baco se levantó enojado y salió del comedor.
— No tuvo un buen día, iré a ver como sigue.— Dijo Agaris mientras se iba en la dirección que él se había ido.
Se hizo un silencio incómodo en la mesa, Belia estaba callada parecía ida, Beliel puso una mano sobre la de ella mientras le susurraba algo, eso hizo que ella reaccionara y le sonriera.
Me sentía horrible en este lugar, y no solo porque me querían muerta, sino también porque su momento de parejita me hacía sentir fuera de lugar. Estaba sobrando en este lugar.
Terminé mi desayuno antes, excusándose con el adelanto de horario de mi sesión.
Llamé a la puerta de la oficina de Zafira, ella la abrió de inmediato haciéndome pasar.
— ¿Y bien?— Preguntó.— Recordaste quien eres.
— Algo así.—Dije con una mueca de disgusto. — No perdí los recuerdos en este lugar, fue antes. Mi pregunta no fue lo suficiente para responder todas mis dudas, pero sí las más importantes. Se lo que tengo que hacer y a quien buscar.
— Eso me alegra muchísimo. — Dijo con una sonrisa sincera. — Tengo todo preparado, para que puedan salir de este lugar. Solo falta saber el lugar donde están las pruebas y listo.
— Eso puedo encargarme yo.
— Te veo muy animada, eso es lo más importante. Tu progreso es algo por lo que tienes que felicitarte, todo lo que estás viviendo es un proceso, cada avance es un logro tuyo, por el cual debes estar orgullosa.
— Todavía faltan muchas cosas que tengo que arreglar.
— No le quites mérito a tus avances, no hay logros grandes o chicos, todo es válido.
— Creo que es un proceso bastante largo, pero confío en usted sé que va a poder ayudarme, y quiero que me ayude.
Zafira me miró con sus ojos llenos de lágrimas y sonrió.
— Esto es muy poco profesional de mi parte, pero cuando te veo me recuerdas a mi hija. No es que intentó reemplazarla ni nada de eso, pero verte me recuerda lo valiente y lo buenas que pueden ser las personas.
— A veces no creo que sea una buena persona. Mis pensamientos pueden ser demasiado crueles, no creo que alguien bueno pueda tener tanta mierda en la cabeza.
— Nuestros pensamientos no nos definen, ni mucho menos nuestras palabras, lo que somos es lo que hacemos. Las cosas que sentimos cuando estamos enojados, no son las mismas que sentimos cuando estamos felices. Somos seres pasionales, eso no define quien eres, tampoco tu enfermedad mental. Conoces tu corazón, y si eso no es suficiente, siempre habrá alguien que lo conozca y te recuerde que clase de persona eres.
Sus palabras me animaron un poco, yo no había elegido esta enfermedad, ni tampoco todo lo que me estaba ocurriendo, quizás había provocado algunas cosas con mis acciones, pero no me podía culpar por todo lo malo o bueno del mundo
— Estoy un poco más feliz, pude recordar un poco quien era.— Dije sonriendo.
— ¿Y quien eres?
— Soy Aurora.
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Enigma #1
Mystery / ThrillerDespertarse en un hospital psiquiátrico con personas desconocidas es aterrador, pero el mayor problema es no recordar ni siquiera tu nombre. Nuestra protagonista se ve obligada a formar alianzas para poder sobrevivir, a medida que va investigando s...