CAP.22: PRUEBAS.

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Sam y los chicos me acompañaron hasta el pasillo del comedor, antes de que pueda entrar Sam tomó de mi brazo, me gire en su dirección confundida.

— Ten cuidado. — Sonaba preocupado.

— Siempre.— Respondí con una sonrisa que él devolvió.

Ellos siguieron su camino y yo el mío, como si no nos conociéramos.

Tener que sentarme en la misma mesa que Belia y todo su grupo me daba asco, no podía soportar que fueran tan mentirosos.

Cuando me senté, todos me sonrieron y saludaron, todos menos Belia ella me dio una sonrisa tímida. Eso era peor que intentar matarme, el hecho que intentara hacerme creer que estaba arrepentida.

— Lamento no haber ido a buscarte a las duchas. — Habló Belia.— Tuve que ir a mi sesión, mi supervisora cambio mi horario y no tuve tiempo de avisarte.

— Esta bien, no tenias otra opción.— Sonreí.

Todos quedaron conformes con mi respuesta, y cambiaron de tema sobre cosas irrelevantes. Hablaron toda la cena, menos Beliel, él solo escuchaba y a veces se reía pero nada más.

Si los veías podías notar, que Baco era el gracioso, Agaris la tímida, Beliel el amable y Belia la cargosa.

Pero si le prestas más atención, te das cuenta de que Baco era de todo menos gracioso, era manipulador. Le gustaba intimidar y meterse con todo el mundo para saber su punto débil. Caí en su juego, alguien como yo, que trata de controlar todo lo que dice. Era realmente bueno sacando lo peor de la gente.

Agaris tenia todo menos tímida, era una fachada para que te sintieras cómoda cerca de ella, era inteligente y autoritaria, sabia como manejar a la gente. Supongo que es la ventaja de haber nacido en una familia tan poderosa.

Beliel era más complejo, parecía amable pero era frío y calculador, alguien que observaba todo, no había nada que no se le escapara. Podía hablar pero en realidad lo que hacía era analizarte.

Para mi sorpresa, Belia, era alguien que aun no podía descifrar. Sabía que toda esa personalidad era falsa, la gente la subestima, creen que es una rubia tonta y fastidiosa, cuando es más que eso. Aunque sus acciones parecen espontáneas, me daba cuenta que todo lo que hacía era planeado, incluso lo que hacía el otro, parecía que ella ya lo hubiera adivinado.

Era más calculadora que cualquiera, debía tener mucho cuidado.

La única ventaja es que ella tenía una debilidad, Beliel. Igual que ella lo es de él.

Pude notar que Baco tenía una debilidad por Agaris, no sabia que eran, pero era a la única que él escuchaba. Supongo que la debilidad de Agaris, era la debilidad misma. La había escuchado enojada cuando los chicos peleaban. No le gustaba perder el control de las cosas, y eso era justo lo que iba a ocurrir.

Pero no por ahora, tenía que planear mejor las cosas, sin que nadie se entere.

La hora de la cena terminó y me acompañaron a mi habitación, hablamos de libros y estilos que nos gustaban, inventé todo, ya que no recordaba.

Puse una alarma con el reloj que había en mi mesa, faltaban tres horas y la verdad estaba cansada.

No se cuanto tiempo paso pero me quedé dormida, unos ruidos en mi ventana me levantaron. Mire pero no había nada, eso me alarmó, pero no era tan estúpida como para mirar por la ventana.

Pude ver una sombra, escuchaba como golpeaba las rejas de la ventana, mientras corría el vidrio de esta. ¿Iban a matarme? No podían entrar ¿O si?.

Mis manos empezaron a temblar, sudaban, tenia mucho miedo ¿Y si estaba armado? Tenia que salir de ahí, pero temía que se diera cuenta que estaba despierta, en lo que tardaba en llegar a la puerta, el desconocido ya me hubiera lastimado.

Un golpe seco en la puerta me alarmó, miré en su dirección por un segundo, pero en cuanto volví la vista a la ventana, el desconocido había desaparecido.

Me levanté aun temblando, otro golpe se escuchó.

— Soy Sam.— Habló del otro lado de la puerta.— Tenemos que irnos.

Deje salir todo el aire que estaba conteniendo, hice las respiraciones para calmarme, mientras iba al baño.

— En un segundo salgo.

Tenia que calmarme, me estaba volviendo loca. Dudaba de que todo esto era real, ninguna persona puede subir por la ventana es demasiada altura ¿Quién se tomaría esa molestia solo para asustarme?

Cuando salí, Sam estaba recostado en la pared, con las manos en su bolsillo.

— ¿Estás bien?— Preguntó preocupado.

— Si. — Sonreí. — Solo me quede dormida.

El asintió y no dijo nada más, todo el camino fue silencio.

Si tuviera que analizar a Sam, diría que es un líder por naturaleza, esas personas que siempre tienen el control sobre las cosas. Su personalidad es despreocupada y seria, puede ser muy inteligente aunque quiere aparentar que nada le interesa.

Zaril, por otro lado, es el chico desinteresado, demasiado bueno e iluso, pero fuerte y puede ser más falso que Belia.

Aradia es de carácter fuerte y callada, sabe analizar muy bien las situaciones y las personas. A diferencia de Nahama, que es una chica un poco tímida, pero esa es su ventaja es que puede pasar desapercibida, con su dulzura jamás crearías que seria capaz de hacerte daño, pero algo me decía que podría causar mucho daño.

Quizás no eran tan poderosos como la elite, pero no eran estúpidos, eran un grupo unido y con todas sus cualidades se complementaban, y lo hacían muy bien.

Cuando llegamos al taller estaba todo en silencio y las luces apagadas, al entrar solo nos alumbraba la luz de la noche.

Cerca de la ventana estaba ella, con su pelo largo y negro, su mirada era intimidante, pero el color de sus ojos era fascinante. Eran azules, pero uno tenia la mitad de color gris.

— ¿Por qué me necesitan? — Preguntó manteniendo sus ojos en mí.— Sea lo que sea no estoy interesada, no me interesa meterme en el medio de nada.

— Entonces porque viniste.— Cuestione.

— Por la tarde fuera que me prometió Zafira.— Contestó con una sonrisa sarcástica.

— Bueno ya que estas aquí, no te cuesta nada escuchar nuestra propuesta.— Intervino Sam.

— Tienen 5 minutos.— Contestó.

— Queremos salir de este lugar, tenemos un plan. Queremos saber si vas a ayudarnos.

— ¿Cuál es el plan? Porque hasta donde sé, tú no recuerdas nada. ¿Qué se puede esperar de alguien que no sabe ni su nombre?

La había subestimado, un gran error de mi parte, pero era inteligente. Estaba intentando presionar.

— No vamos a decirte el plan hasta estar seguros que estas de nuestro lado.— Contesté ignorando su mal comentario.— ¿Quieres salir de este lugar o no?

— Bien. Voy a cooperar con ustedes a cambio de mi libertad.— Dijo sonriendo.—  Pero quiero saber que tan bueno es el plan.

— Vamos...

— No te lo vamos a decir.— Interrumpí a Sam.— Al menos hasta estar segura que estas de nuestro lado.

— No soy una rata traicionera. — Contestó enojada.

— La conozco, ella es de confianza.— Intervino Sam.— Si ella dice que está de nuestro lado le creo.

— Que bueno saber eso.— Dije mirando a la psicópata. — Pero no me van las palabras, quiero pruebas. Si me das información valiosa de la elite vas a tener mi confianza absoluta, sino puedes hacer eso no estás dentro.

— ¿Y por qué mierda te haría caso?— Dijo aún más molesta.

— Porque es mi plan. — Contesté alzando la voz.— Hasta donde sé tu eres compañera de Gael ¿Qué se puede esperar de alguien que traiciona a los suyos?

Miro en dirección a Sam en busca de alguna intervención, pero el solo levanto sus manos en señal de no meterse.

— Supongo que te subestime.— Sonrió.— Esta bien te voy ayudar porque empiezas a caer bien. Mañana traeré tu información. Con eso tendrás la prueba de que estoy de su lado.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora