CAP.30: MI REALIDAD.

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Dhalia y Malik estaban juntos se veían tristes, al igual que Luzbel, que se encontraba cerca de una de las ventanas de la carpa. Ella era la encargada de vigilar.

Todos ya se habían presentado, eran jóvenes de 16 años, el nombre de la chica rubia era Lena, la más dulce y tímida. Tyron era el más inteligente pero no paraba de hablar, era alto y delgado, podría parecer de más edad. Sue, era la castaña desarreglada, era un poco más seria y muy sarcástica. El último que se presentó fue Félix, un chico bajo de lentes y robusto.

Todos estaban ocupados, yo me sentía tan inútil y confundida.

Ellos hablaban de fórmulas matemáticas, química, planos de diferentes dimensiones. Me hablaban como si yo entendiera el tema, como si yo los conociera a ellos de toda la vida.

— Y este es el último que hicimos.— Dijo Tyron, no paraba de hablar sobre cosas que no entendía.— Es el más importante, aunque creo que no están correctas las últimas dos fórmulas.

Sue, que se encontraba dibujando planos, se giró en mi dirección con el lápiz en la boca.

— No te das cuenta que no entiende una palabra de lo que estás diciendo.— Dijo callando a Tyron.— No es la chica que conocemos.

Lo primero que entendí fue que se confundieron de persona, quizá era por eso que no entendía ni una palabra de lo que estaba pasando.

— Quiero respuestas, por favor.— Rogué.

— No podemos dárselas.— Intervino Luzbel.— Tendrás que recordar por tus propios medios, es la única manera.

— ¿Qué es lo ultimo que recuerdas? — Preguntó Lena.

— Mi papá.— Tartamudee sin saber que decir, mis recuerdos eran cada vez mas borrosos.— Despertar de una siesta, matar lobos y la iglesia. Eso es todo lo que recuerdo, lo demás es confuso y borroso, mi padre dijo que era por un veneno pero no pude entenderlo.

Tratar de entender lo que estaba pasando me hacía mal, mi cabeza dolía y comenzaba a faltar el aire. Mi corazón iba a explotar, quería alejarme de ellos, quería estar sola, me estaba sofocando.

Luzbel se acercó hacía mi y manteniendo la distancia me habló.

— Ey tranquila, respira. Estás teniendo un ataque de pánico.— Dijo mientras me ayudaba a respirar.— No te estás muriendo, puedes controlarlo.

Es como si ella me conociera demasiado bien, su manera de tranquilizarme y ayudarme, es como si ella ya hubiera hecho esto antes.

— ¿Ya me conocían?— Pregunté.

Todos miraron a Luzbel en busca de una respuesta, ella solo asintió.

— ¿Por qué esos lobos me buscan?

— Ellos si te quieren muerta pero no vamos a permitirlo.— Hablo Dhalia.— No necesitas más respuestas, la única que necesitas saber es que estamos de tu lado.

— Vamos a cuidarte de esos lobos asquerosos, bueno en realidad, ellos te van a cuidar.— Dijo Tyron mientras miraba a los militares. — Nosotros nos vamos a encargar de hacer lo posible para que el plan salga perfecto.

— Ella no se acuerda del plan.— Intervino Malik

— ¿Qué plan?—  Insistí con la misma pregunta que me hice desde que llegue.

— Hoy es el día, es la oportunidad para que pases al otro lado.— Dijo Lana.

— Otro lado.— Repetí confundida.

— Es importante, aunque no podamos explicarlo en unos minutos.— Intervino Sue.— Vas a recordar, del otro lado tenemos a alguien que te va a ayudar con tus recuerdos.

— ¿Mi papá sabe de esto? — Todos asintieron.— ¿Dónde está?

— No puede estar con nosotros, él es la distracción contra los jefes más grandes. — Contestó luzbel.

— Pero van a matarlo.

Esta situación estaba desesperándome, todo lo que estaba pasando me angustiaba y no sabía cómo manejarlo.

— ¿En serio vamos a dejar esto en sus manos?— Preguntó Félix preocupado, podía ver el sudor en su frente.— No pienso hacer un cálculo más, no puedo.

Se levantó de su lugar y comenzó a dar vueltas en círculos, desesperado, susurraba cosas que no lograba entender. Él tenía miedo, podía decir que más que yo, que ignoraba lo que ocurría.

— Te puedes callar de una vez.— Le dijo una Sue enojada.— ¿Estás viendo como sigo con mis planos? Eso vas a hacer ahora mismo. Cállate y seguí.

Al parecer eso tranquilizó a Félix, porque después de lo que Sue le dijo, empezó a hacer muchos cálculos y cosas que no entendía.

Podía comprender lo difícil que era para ellos, algo grande estaba pasando, y ellos apenas tenían 16 años, era una responsabilidad muy grande para chicos como ellos, deberían estar en el colegio. No haciendo planes para que una desconocida pasará por un portal, mientras militares los defendían de hombres lobos.

Tenía menos sentido cada vez que lo decía, ni siquiera podía comprender la situación mucho menos creerla, pero lo había visto, era real. Todo esto no era una pesadilla, era mi realidad y tenía que enfrentarla.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora