La charla con Zafira todavía seguía en mi cabeza, había pasado muchas cosas por alto, estaba tan preocupada por mis recuerdos y por cuidarme de la elite, que no puse atención en las cosas que pasaban. El grupo de Sam se la pasaba tratando de ser los héroes conmigo, por una parte lo entendía, a ellos les convenía tenerme de su parte. Entonces, porque la hija de Zafira no confiaba en ellos, porque aliarte con los malos, porque por lo que le contaron a Zafira, la elite se acercó a ella con el mismo fin que se acercaron a mi.
Ella sola creó un plan para sacar las pruebas, una vez las tuvo en su poder fingió no saber nada, se internó en este lugar sabiendo que su mamá iba a estar bien, escondió las pruebas. Hizo todo bien, pero porque ir y contarle tu plan a los malos, ella desconfió de Sam, alguien tan inteligente no desconfía porque si.
Ella no solo desconfió sino que se alejó de ellos, debía tener sus motivos, y tenían que ser muy buenos, para aliarse con la elite.
Había pasado toda la mañana con Zafira, era la hora del almuerzo, tenía que estar con los de la elite. No podía creer lo que estaba pensando, pero eso me daba más tranquilidad, el grupo de Sam me ponía nerviosa, a la vez me hacía sentir un poco culpable, desconfiaba de las únicas personas que me habían salvado.
Esos sentimientos eran nuevos, supongo que al recordar un poco de mi, volvieron viejos sentimientos, como la empatía.
Me sentía mal por juzgar a todo el mundo sin conocerlo, aunque tampoco podía ser ingenua, no iba a dejarme engañar por nadie.
Antes de llegar al comedor, en el pasillo se encontraba Sam, vi su intención de acercarse a mí, entre en pánico no estaba preparada para enfrentarlo, no ahora.
Como si el cielo escuchara mis súplicas, Belia se encontraba al final del pasillo.
— ¡Belia!— Grité, ella se dio vuelta confundida, al verme me sonrió y se acercó a mí con su enorme sonrisa.
Sam me miró con el ceño fruncido, estaba confundido por mi comportamiento, no podía culparme, pero no quería hablar con él al menos hasta ordenar mis pensamientos. El puso su expresión seria de siempre, pero esta vez parecía demasiado enojado , cuando pasó muy cerca mío, me concentre bien y pude ver porque el estaba en este lugar, él era inestable.
Mi poder no me permitía ver las condiciones mentales de las personas, lo que hacía era permitirme ver el peligro que corría cerca de esa persona.
Cuando me crucé con Ziara, mi poder me advirtió que ella era una psicópata, podía lastimarme, por eso no podía verlo con todos.
Pero que Sam sea un peligro para mí, había respondido a mis preguntas, la hija de Zafira vio algo, la asustó lo suficiente para aliarse con sus enemigos, era inteligente pero no lo suficiente para desconfiar de su propio amigo, Sam.
Él pasó por mi lado sin mirarme o pestañar, yo hice lo mismo y mantuve mi vista en Belia mientras le sonreía.
— Ey no te había visto.— Dijo Belia cuando se acercó a mi.
— Si, me atrasé un poco porque me perdí.— Mentí.
— Es algo normal. —Dijo sonriendo. — ¿Puedo darte un consejo?
— Si claro.
— Cuánto más fuerte sea el sentimiento, es más difícil de ocultarlo.
— ¿Qué? No entiendo.— Dije confundida.
— Que si no aprendes a controlar tus emociones, no vas a poder mentir bien.— Lo último que dijo lo hizo muy seria.
Mi sonrisa se borró, me había descubierto, estaba muerta.
— No sé de qué estás hablando.— Dije igual de seria.
— No tienes porque hacerte la tonta conmigo, entre mentirosos nos conocemos.— Me quede helada. — Tranquila no voy a decir nada, pero vi como te ponía de incomoda ese chico, si alguna vez se te acerca más de la cuenta me lo dices. ¿Está claro?
Asentí, ella creía que Sam me había hecho algo, que eso era lo que le ocultaba, pude respirar.
Antes de que siguiéramos hablando los chicos habían llegado, y Belia seguía actuando como siempre, ahora que la miraba ella y yo nos parecíamos mucho, yo era igual que ella. Me gustaba hablar mucho, no hablaba gritaba, ninguna tenía vergüenza, aunque yo era un poco menos cargosa que ella, podía ver el parecido.
Yo era menos intensa, quizás un poco cruel con los que me lastimaban, pero siempre ayudaba a la gente. Belia quiso ayudarme, su mirada fue sincera, ella realmente creía que Sam me hizo algo, se estaba ofreciendo a ayudarme a pesar de estar en mi contra.
¿Qué clase de persona era Belia?¿Quienes eran la elite? pero lo más importante ¿Quién era Sam?
Estuve todo el tiempo en busca de quien era, pero lo importante era saber que clase de personas son las que me rodean, sé que la elite no esta de mi lado, pero me alié a un grupo sin pensarlo, solo porque me dieron pruebas de que odian a la elite. Si es verdad ellos me ayudaron, pero beneficio propio. ¿No es eso lo que hago yo?¿No es lo que hacen todos? Velar por sus propios intereses.
Lo que no me dejaba tranquila, era pensar qué pasaba si los intereses de Sam y su grupo, cambiaban. ¿Qué pasa si ellos se unen a otros enemigos míos? ¿Ellos serían leales a mi o a sus ideales?.
Otra vez me estaba precipitando pero tantas cosas en mi cabeza no me dejaban tranquila, siempre había algo que me molestaba.
Mis recuerdos, mi paranoia, mi miedo por la elite.
Siempre desconfiando, no me gustaba ser así, pero no podía creer que todos en este lugar eran mis amigos.
Necesitaba a Luzbel, ella sabía en quién confiar, siempre tuvo una muy buena intuición. Extrañaba a mi gente.
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Enigma #1
Mystery / ThrillerDespertarse en un hospital psiquiátrico con personas desconocidas es aterrador, pero el mayor problema es no recordar ni siquiera tu nombre. Nuestra protagonista se ve obligada a formar alianzas para poder sobrevivir, a medida que va investigando s...