Un burdel no es lugar para un niño y Kuchel lo sabía muy bien. Al ser miembro de una familia perseguida por el gobierno no le quedan muchos lugares donde pueda esconderse, la única opción es la ciudad subterránea. Los titanes fueron la mayor amenaza de la humanidad durante cien años, y hasta el día de la fecha, estamos en desventaja ya que nunca hemos ganado una batalla contra ellos ni sabemos mucho sobre su existencia, pero los habitantes de la ciudad subterránea no tenían por qué preocuparse por ellos ya que al ser una ciudad bajo tierra, los titanes no tienen posibilidades de llegar a sus habitantes. Pero la gente que vive en dicha ciudad tienen preocupaciones que pueden llegar a ser más peligrosas que los monstruos humanoides que amenazan con extinguir a cada persona de este mundo. La falta de luz solar y la pobreza se puede encontrar en cada rincón, con esto la enfermedad y la hambruna afecta directamente a cada hombre, mujer y niño; la desesperación por el alimento de cada día lleva a la delincuencia, y hace de esta ciudad el mejor escondite para delincuentes y asesinos.Kuchel, una hermosa mujer de cabello largo azabache, trabaja de prostituta en un burdel. No es algo que a ella le gusta hacer o algo de lo que se sienta orgullosa, pero tiene techo y dinero para poder comer. Luego de un tiempo trabajando en este lugar quedó embarazada, algo que le dio esperanza y ganas de vivir, ella sabía que un burdel no es un lugar para un niño, pero ella amó a ese niño desde el primer segundo en el que supo de su existencia.
Así fue que un 25 de diciembre llegó el mejor regalo de Navidad que pudo haber deseado, su pequeño Levi, un hermoso bebé de cabello azabache al igual que su madre, con ojos grises que a veces se podían ver verde oliva que siempre miraban a su madre con un brillo especial, él también la amó desde el primer segundo que escuchó su voz.
A pesar de las circunstancias y de las carencias, Levi creció siendo un niño feliz y muy comprensivo. Siendo un niño de 5 años él sabía que no debía salir de la habitación que compartía con su mamá, pero si un amigo de ella llega a visitarlos él tenía que salir a pasear sin ver lo que las otras damas que vivían en ese lugar estaban haciendo, su mamá le dijo que jugaban juegos de adultos y por eso él no podía interrumpirles, Levi siendo un niño obediente nunca rompió las reglas de su madre.
A Kuchel no tenía muchos clientes nuevos, la gran mayoría eran hombres que frecuentaban sus servicios y se llevaba muy bien con todos, también ellos sabían de la existencia de Levi y le tenían respeto.
Levi estaba jugando con su madre en su cama cuando tocaron la puerta.
Kuchel:-Adelante- gritó para que quien esté detrás pudiera escucharla. -mamá debe trabajar, así que ya sabes lo que debes hacer-le dijo con una sonrisa a su hijo mientras acariciaba su mejilla.
Levi:-Bueno mamá- dijo mientras se levantaba.
-Hola campeón- dijo el hombre poniéndose a un lado de la puerta mientras la cerraba, quedándose pegado a la pared para darle espacio a la mujer y su hijo.
Kuchel:-Hola Horatio, ¿Cómo está?-
Horatio:-Muy bien, gracias- Levi lo observaba mientras se abrazaba a las piernas de su madre.
Kuchel:-Ve a pasear, piensa en qué podemos cenar así cuando termine podamos ir a comprarlo, ¿me haces ese favor?- le dijo a su hijo mientras se agachaba para poder mirarlo desde su misma altura.
Levi:-Si mamá- dijo con una sonrisa.
Horatio: -Adiós, no te vayas a perder-
Kuchel:- Muy bien príncipe, ten mucho cuidado- dijo mientras lo acompañaba a la puerta.
Levi lo miró con cara de pocos amigos y se fue del lugar no sin antes ver a su mamá con una sonrisa. A pesar de ser consciente de los peligros él se sentía seguro caminando por las calles cerca del burdel, eran calles de negocios de diferentes tipos de comida que siempre los observaba con detenimiento para elegir qué se le antojaba para comer, eran calles que siempre frecuentaba con su madre y a pesar de lo que las malas lenguas puedan decir sobre su trabajo, ella era una mujer muy amable con todos, carismática y hermosa sonrisa que todos admiraban su belleza, así que los dueños de los negocios al conocerla y saber que su hijo pequeño solía caminar por esas calles solo, siempre lo observaban para asegurarse que esté bien. Levi estaba acostumbrado a tener tantas miradas sobre él mientras caminaba, sabía que eran los amables dueños de las tiendas, pero ese día notó una mirada nueva, diferente a las de los vecinos, no era una mirada que le diera miedo o que sienta desagrado, al contrario, era una mirada cálida que le causaba curiosidad, miró para todos lados para ver si encontraba a la persona dueña de esa miraba pero no vio nada, solamente un pequeño bulto en una esquina que prefirió ignorar ya que podía ser una bolsa de basura u otra cosa.
Hola! ¿Cómo están?
Este es el primer capítulo de esta historia, espero que les guste.
Hace muchísimos años que no escribo algo así que va a haber errores, les pido disculpas desde ahora.
Acepto sus comentarios, quisiera saber qué cambios debo hacer y en qué cosas debo mejorar.
Cuando era chica escribía fanfics pero nunca me había metido en Wattpad, así que si tienen algún consejo es bienvenido.
¡Gracias por leer!
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Gaudium ↬𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗
FanficLos opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...