Los opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...
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He vuelto, la ciudad subterránea no ha cambiado nada en estos dos meses y medio en las que no estuve presente. El olor a humedad y suciedad se impregnan en mis fosas nasales haciéndome sentir que estoy en el lugar donde me crié. Las calles siguen igual de oscuras que siempre y los niños desnutridos de las calles lo están más aún, cada vez que sus ojos se posan en los míos mi corazón se estruja cada vez más. Me concentro en el sonido que hace nuestro equipo de maniobras al caminar tratando de ignorar las miradas que se posan en los soldados de capa verde a mi lado y en mi, más en mi, me conocen y están confundidos de verme como un igual de aquellos soldados, puedo escuchar sus susurros cuestionándose qué hago aquí o por qué me ausenté tanto tiempo o por qué volví solo.
Caminé adelante de los soldados con Hange a mi lado, yo soy el que guía en esta misión así que todos esperan mis movimientos para avanzar. Mara está con Thot y Maat, está segura y nada puede salir mal con ellos, pero aún así camino lento esperando atrasar la llegada por el mal sentimiento que se forma en mi pecho. Avancé hacia la puerta del negocio golpeando la puerta pero no hubo respuesta.
-¡Buenos días! ¿Hay alguien ahí?- Gritó Hange esperando una respuesta que nunca llegó. Golpeó la puerta con un poco más de fuerza que yo y la puerta se abrió. -¡Oh! ¿Habrán salido? ¡Permiso, vamos a entrar!- Abrió la puerta del todo, dándonos la posibilidad de entrar.
El olor de un cuerpo en descomposición llegó a mis fosas nasales al instante, haciendo que todos mis sentidos se pongan en alerta. Avancé para poder ver de dónde proviene el olor y diviso dos cuerpos llenos de sangre en el piso.
-Están muertos, capitana Hange.- Dijo Moblit luego de confirmar su defunción.
Aunque duela los observé con detenimiento, son Thot y Maat, y fueron asesinados brutalmente. Perdí a dos amigos más, primero Isabel y Farlan, y ahora ellos. Mara era más unida a ellos que yo, pero aún así estuvieron en cada momento difícil ayudándonos en lo que pudieran, se preocuparon y ocuparon por nosotros aunque no tenían la responsabilidad de hacerlo, mi amor y respeto hacia ellos es profundo, igual que el dolor que estoy sintiendo en este momento al verlos en estas condiciones.
-¿Era alguno de ellos la persona que vinimos a buscar?- La voz de Hange interrumpió mis pensamientos.
Entré en razón, no hay señales de Mara aquí. Caminé por el lugar buscándola pero no está en ningún lado. Subí las escaleras con las quejas de Hange de fondo y busqué por la casa. La sala está llena de libros, señal de que ella estuvo aquí pero el aire se siente pesado, puedo sentir el polvo flotar en el espacio dándome a entender que no se limpia desde hace unos días, entonces ella no está aquí, aún así busqué en cada escondite que se pudiera venir a mi cabeza, no está. Bajé las escaleras dándole la última mirada a los cuerpos de Thot y Maat, "Ellos ya no están ahí" pensé, y me dirigí a la puerta.
-Pónganlos en la carreta, vienen con nosotros.- Dije secamente antes de proseguir el camino hacia nuestra casa.
-Ya escucharon.- Escuché decir a Hange para luego seguirme. -¿A dónde vamos ahora?- Preguntó cuando llegó a mi lado.
