Los opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...
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Pudimos ver como aquel titán excéntrico es devorado por varios titanes a la vez, nunca existió un titán que atacara a otros para defender a los humanos, por eso hay un gran desconcierto en el ambiente. Pudimos darnos cuenta de esto rápido en el mejor momento, y pudimos utilizarlo para poder salvarnos de ellos, gracias a él estamos vivos, por eso mismo estamos en una situación en la que no sabemos que hacer. Discutimos si debemos dejarlo morir o defenderlo, si un titán puede ser nuestro aliado, pero un gran rugido proveniente de él nos interrumpió. Avanzó hacia adelante, haciendo que los titanes más pequeños que tienen sus dientes clavados en él caigan, gritó y mordió en el cuello a un titán más alto, al no tener brazos esta fue su manera de atacarlo. Lo levantó y lo giró en el aire golpeándolo contra el suelo donde se encuentran los titanes más pequeños, matándolos. Vio como otro se acerca y con el cuerpo que tiene en su boca lo golpeó, haciendo que se estrelle contra un edificio. Soltó al titan y gritó con furia.
-No necesita ayuda.- Dijo el castaño ceniza a mi lado. El titán dejó de gritar y cayó al suelo dejándonos completamente sorprendidos. -Se debe haber quedado sin fuerza, vámonos.- Dijo dándose la vuelta para empezar a caminar. -Ese mostruo no puede ser nuestro aliado, un titán es un titán.- Pudimos ver como sale vapor de la nuca de aquel gigante al mismo tiempo que se abre una abertura. -¿Qué pasa?-
Prestamos atención a aquella escena, una persona empieza a salir de la nuca de aquel titán. Trato de observarlo mejor y lo reconozco. ¿Es Eren? Mi mejor amigo de la infancia, aquel chico que me defendió tantas veces y vi como murió en frente de mis ojos, sacrificando su vida por la mía, está saliendo de ese cuerpo ahora mismo. La azabache saltó y corrió hacia él.
-¡Mikasa!- Grité asustado por su seguridad, es Eren, nunca le haría daño, pero la situación es complicada, y el terreno en el que estamos es peligroso.
Vi como sube al titán y lo abraza, poniendo su cabeza en su pecho para tener algún indicio que está vivo, entendí que es así cuando escuché sus fuertes sollozos. Mikasa es una persona que le cuesta expresarse, a veces es difícil saber lo que siente por su falta de expresión, por lo tanto, verla de esta manera es señal de un quiebre. Eren está vivo, momentos atrás me encontraba llorando a mares y sin poder moverme por el trauma de verlo morir frente a mis ojos por salvarme, sin poder decirle a Mikasa. Ella fue fuerte como siempre lo es, entendió que estábamos en una situación en la que no podíamos llorar a los caídos porque hay gente que necesita nuestra ayuda y postergó su duelo, y ahora todo esa tristeza y desamparo explotó en su pecho al verlo vivo, igual que ocurre en mi. Corrí junto a ella con Jean a mi lado y los subimos a lo alto de un edificio para mantenerlos a salvo. Ella no puede soltarlo y dejar de sollozar, y yo no puedo dejar de mirarlo, recordando aquellas imágenes de los últimos minutos juntos, sin poder creer que él está aquí, delante mío, con su pierna y brazo que había perdido en la lucha contra los titanes, respirando. Me acerqué a él y tome su mano, entrelazando sus dedos con los míos.
