Los opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...
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Narra Levi.
-¡Levi, espera!- Gritó Hange detrás mío, tratando de alcanzarme, pero si hablo con ella ahora mismo voy a decirle cosas que no tienen sentido y no merece escuchar.
Tal vez sea estúpido enojarme así, tal vez no, pero me siento decepcionado. Siempre tomamos las decisiones juntos desde que mamá murió, debatimos las posibilidades que hay de que salga bien o mal y elegimos la mejor opción que pueda beneficiarnos. Elegimos irnos con Kenny, elegimos que yo iba a seguir entrenando mientras ella se queda en casa, elegimos sobrevivir por nuestra cuenta cuando Kenny nos dejó, elegimos luchar contra las personas que intentaron lastimarnos, elegimos dejar entrar en nuestras vidas a nuestros amigos, siempre elegimos juntos, siempre elegimos poner nuestra amistad como prioridad ante todo, y ella no lo hizo cuando decidió por su cuenta no contarme sus sueños. Estar fuera de sus decisiones me lastima, me hace sentir fuera de lugar, me hace sentir solo cuando compartí toda mi vida junto a ella. Me siento traicionado porque ella decidió esconderme algo que hace que esté tan angustiada y enojada ahora mismo, igual a como me sentí yo cuando nos pidieron aquel trabajo que nos trajo a la superficie, pero por más asustado que me haya sentido y aunque haya tomado una decisión por mi mismo, se lo dije y no se lo escondí, podría haber sido más fácil irme sin decirle que debía irme, dejarla sola y tal vez no regresar, pero la enfrenté y se lo dije sabiendo las consecuencias, ella no fue capaz de hacerlo conmigo. Me duele que no me tenga confianza y me lo haya escondido por tanto tiempo, una vez dijo que soy su otra mitad pero nunca quiso contarme qué ocurre en sus pesadillas, Hange llega a su vida y decide contárselo a ella sin ningún tapujo. ¿Por qué? ¿He fallado en algo?
-No es el momento, cuatro ojos.- Apreté mi agarre en las cuerdas de mi caballo, calmando mi temperamento.
-¡¿Tu vas a decirme a mi cuando es el momento correcto para querer romperte la cara, enano estúpido?!- Gritó enojada, poniendo su caballo frente al mío, deteniéndome el paso.
-¿De qué hablas?-
-¡¿Cómo te atraves a gritarle así?!- Me bajó del caballo de un tirón y me agarró del cuello de mi camisa para acercarme a ella. -¡¿Eres idiota o te golpeaste la cabeza de pequeño?!-
-Déjame, escoria.- Intenté zafarme de su agarre pero lo intensificó, nunca mostró esta fuerza en los entrenamientos.
-Ella te necesita ahora y te enojas por una estupidez, ¡¿Qué te sucede?!-
-No lo entenderías.- Gruñí.
-Si lo entiendo, ¡y estás comportándote como un idiota!- Soltó el agarre mirándome a la cara indignada. -De verdad, Levi, vienen momentos difíciles y debes estar ahí para ella.-
-Tú estarás para ella, ella ya lo decidió cuando te contó lo que a mi no.- Tomé las cuerdas de mi caballo para encaminarme al establo de la Legión.
