𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹𝟿

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Narra Levi.

Por más que quiera negarlo, Hange tiene razón, soy un completo cobarde, aunque ella no lo haya dicho, también soy patético. Lo soy desde el primer momento en el que me enamoré de mi mejor amiga con la que comparto mi vida desde los cinco años, desde que crucé esa fina línea entre la amistad y amor sin siquiera darme cuenta, sólo ocurrió y yo dejé que el sentimiento crezca de esta manera, hasta el punto de no ser capaz ni querer dejar de estar enamorado de ella. Pero soy un gran cobarde porque desde ese momento en que la empecé a ver con otros ojos le temo a todo, pienso en la vida que podríamos tener juntos como pareja, que algún día va a llegar el momento en que haya paz en el mundo y llegar a ancianos sin ninguna complicación, tomar té a la mañana como siempre lo hacemos, charlando con nuestros hijos y sus parejas mientras vemos a nuestros nietos correr y jugar en el campo, festejando nuestra boda de oro, pero el miedo por perder lo que tenemos aleja todas esas fantasías. Me da miedo que no me corresponda, que se enoje por no habérselo dicho antes como lo acabo de hacer yo, que se incomode y se aleje de mi, que las cosas cambien, que nuestra amistad se desvanezca por mi culpa, que me corresponda y que no funcionemos como pareja, mi peor temor es perderla. Si toda la gente que me llama "el soldado más fuerte de la humanidad" supiera nuestra historia coincidirían conmigo y dirían que en realidad soy el mayor cobarde que existe, y que esa "fortaleza" que hay en mi es ella y sus influencias, porque todo lo que hecho fue por y gracias a Mara.

El miedo no me deja avanzar y soy débil cuando se trata de esa hermosa mujer de ojos verdes tan puros y llenos de alma que hace caer a cualquiera a sus pies al instante, es la mujer más maravillosa y hermosa que he conocido en mi vida, sabiendo cada virtud y demonio que hay en ella no hay nada que no ame con todo mi ser, ella es mucho más de lo que merezco, ella debería estar con una buena persona, no con un cobarde con las manos manchadas.

Dejo que mis temores y la negatividad me atormenten porque me siento el peor imbécil que existe, las peleas con Mara y Hange me dejaron incapaz de luchar contra esos pensamientos. Escondo mi cabeza en mis manos dejando que el té frente a mi se enfríe, el comedor está vacío porque en este momento se están llevando a cabo los entrenamientos y prácticas a las que yo evité para enterrarme en el agujero en el que estoy, para sentirme como el miserable que soy.

-Salteándote tus responsabilidades, ¿Quién eres y qué hiciste con Levi?- Dije Hange en un tono tranquilo, mientras deja una nueva taza de té caliente frente a mi, sentándose a mi lado.

-Ya no importa.- Digo sin mirarla.

-¿Desde cuando?-

-Desde que le dejaste en claro a todos lo imbécil que soy.-

-Bueno, creo que se han dado cuenta de eso cuando priorizaste la limpieza aquel día en el que Mark y Sebastián hicieron un desastre en la cocina sin importarte que uno se había quemado y el otro terminó con un brazo fracturado.- Rió.

Gaudium  ↬𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora