𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹𝟺

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Narra Levi.

Abro los ojos lentamente por el molesto ruido del despertador, quien avisa que ya es hora de levantarse. Me remuevo en la cama con fastidio, sin querer levantarme, pero un peso sobre mi me lo impide. Miro hacia abajo encontrándome a Mara abrazándome con sus ojos cerrados pero su ceño se encuentra fruncido. Posé mi mano en su mejilla y con mi dedo pulgar acaricié su ceño para que deje de estar tenso, y así noté la alta temperatura que tiene su cuerpo, igual que el sudor que corre por su frente. Suspiré con desgano, otro episodio más. La acomodé en la cama apartándola un poco de mi y empecé a golpear levemente sus mejillas.

-Mara.- Susurré, tratando de no despertarla bruscamente. Si tiene fiebre es un episodio, pero no parece estar teniendo una pesadilla, aún así temo al ataque de pánico que siempre le da al despertar. -Oi, despierta.- Dije un poco más fuerte, esperando a una respuesta que nunca llegó. Opté por empezar a actuar, me levanté a buscar un paño mojado con agua fría y lo coloqué en su frente, mojé mis manos y toqué sus mejillas para enfriarlas y al mismo tiempo limpiar el sudor. Al no sentir cambio alguno la destapé para llevarla al baño, pero noté que sus puños están cerrados apretando fuertemente las sábanas, capaz que no esté teniendo una pesadilla, pero algo malo está sintiendo. Los tomé tratando de deshacer su agarre pero es imposible, sus nudillos están blancos por la fuerza que ejerce. -Mara, está bien, tranquila.- No parece escucharme. Tomé su pulso y apenas es audible, lo que me puso en alerta.

Tomé unas mantas y corrí al carro, las coloqué formando una cama improvisada y corrí por ella, la rodeé con una manta extra y la posé lentamente en el carro, empezando camino a la Legión, debo avisarle a alguien que debo tomarme mi día libre para llevarla a un hospital.

Sé que no le gustan las multitudes, las personas desconocidas la ponen muy nerviosa, pero ya es hora de dar un paso al frente y saber el por qué de estos episodios. Si sigue dormida no los va a ver.

El castillo de la Legión ya se puede ver, igual que a Hange y Moblit en la entrada junto con sus caballos, a punto de salir a algún lado.

-¡Buenos días, enano!- Gritó Hange al verme.

-No tengo tiempo para mierdas, dile a Erwin que me tomo el día libre.- Dije apurado, listo para seguir mi camino al hospital.

-¡Espera! ¿Pasó algo? ¿Mara está bien?- Preguntó preocupada.

-¡Debo irme!- Un quejido se escuchó desde el carro, a lo que Hange identificó que es Mara.

-¿Tiene una pesadilla?- Dijo acercándose para subirse junto a ella.

-¡No lo sé! Maldita sea.- Golpeé la madera del asiento junto a mi, mientras Hange la revisa, toma su pulso y nota lo mismo que yo noté.

-¡Moblit!- Le gritó a su asistente, haciendo que este corra a su lado. -Dile a Erwin que nos tomamos el día libre.-

Gaudium  ↬𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora