𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟻𝟸

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Narra Mara.

El cielo está teñido de un azul brillante y ninguna nube lo tapa, una suave brisa corre acariciando mi cabello largo y las flores del lugar, las hojas de los árboles danzan al compás del suave viento. El día está tan hermoso que tengo que comer mi desayuno debajo de un árbol. Extendí una manta en el suelo y acomodé la comida y mi taza de té sobre ésta, me senté apoyando mi espalda sobre el árbol. Shiko se acomodó con su cabeza en mi regazo para que acaricie su suave cabello mientras leo uno de mis libros favoritos. "Una mañana perfecta" pensé mientras escucho el canto de los pájaros y los ronquidos de mi amado compañero, pero no lo va a ser, para nada.

Escuché un cabalgar acercándose a nosotros, levanté la mirada para ver a Hange, levantó su mano para moverla en forma de saludo pero su sonrisa no es la misma de siempre, es más apagada y forzada, eso significa que hay malas noticias. La vi bajar de su caballo y dejarlo dentro del establo, cerré mi libro y corrí despacio la cabeza del perro, tratando de no despertarlo, para recibir a mi mejor amiga. Me acerqué preocupada, con una mano en mi pecho jugando con mi vestido, sintiendo alivio por verla viva y sin heridas de gravedad luego de la expedición, pero preocupada por lo que tiene que decir.

-Buenos días.- Dije temerosa.

-Buen día.- Soltó un suspiro y se dio vuelta haciendo que su cuerpo mire hacia la casa pero aún así su mirada está posada en la mía, la señaló con su dedo pulgar. -¿Tomamos té?- Asentí despacio caminando hacia dentro en silencio.

-¿Cómo estás?- Pregunté sin mirarla, concentrada en mi labor de calentar el agua y preparar aquella bebida.

-Agotada.- Suspiró pesadamente mientras pasa su mano por su rostro frustrada, sentada en la silla. -Todo salió mal.-

-¿A qué te refieres?- Dejé la taza frente a ella y me sorprendí cuando tomó mi mano de golpe, mirándome fijamente.

-Tu sueño se cumplió.- Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. -El escuadrón de Levi murió a manos de una titan femenina.- Llevé mi mano libre a mi boca tratando de ahogar un grito, las lágrimas se acumularon en mis ojos y apreté su mano al sentir aquel temor tan presente.

-¿Levi?- Pregunté en un hilo de voz. -¿Está vivo?-

-Si.- Dejé todo el aire retenido salir de mis pulmones, agaché mi cabeza y dejé fluir mis sentimientos, un sollozo salió de mi boca sin permiso al sentir alivio porque esté bien, sentimiento que me hizo sentir culpable al instante. -Está herido pero está bien.-

-¿Qué le pasó?- Levanté la cabeza y sequé mis lágrimas con mi mano libre para estar totalmente concentrada en su relato.

-Se esguinzó el tobillo, no es nada grave pero no podrá participar en los combates.- Asentí lentamente. -Ya sabes como es él, se está haciendo el fuerte manteniéndose centrado en los planes que deben hacerse ahora, pero lo conozco y sé que la está pasando muy mal.-

Gaudium  ↬𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora