Los opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...
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Levi siempre fue un niño bastante tranquilo comparado a los niños de su misma edad, para la suerte de su madre nunca tuvo peleas o enfados con su hijo debido a desobediencia de su parte como veía que era una lucha constante para los otros padres, él es muy obediente y leal a su progenitora. A veces ella tiene miedo de que él pueda sentirse solo, no es un niño muy social que le guste jugar con los demás niños, Kuchel varias veces le manifestó su temor a su hijo recibiendo un abrazo y caricias por parte de él diciéndole "no te preocupes mamá, tengo una mejor amiga y esa eres tú, te quiero a ti y a nadie más", a veces se preocupaba de que se pegara mucho a ella y cuando ella ya no estuviese, él no sabría cómo seguir adelante. Pero hoy algo en él cambió y era un cambio bastante notorio ya que por las sucias y oscuras calles de la ciudad se encontraba él, caminando de la mano con esa pequeña niña asustada que encontró ese día, ella con su brazo desocupado abrazaba con fuerza el brazo del cual el niño le tomaba la mano, y eso a él no parecía molestarle en lo absoluto. Kuchel se encontraba caminando detrás de ellos, todavía perpleja por los que sus ojos estaban viendo, pensaba que no era casualidad que la hayan encontrado, que ella los haya encontrado en realidad, Mara observó desde la distancia a Levi desde hace varios días, y cuando él se acercó, ella se pegó a él como una garrapata, como si supiera que él la va a proteger para toda la vida. Caminaron retrocediendo en su camino para volver al burdel, no sin antes volver a pasar por la verduleria para comprar las frutillas que tanto le gustan a Levi y al parecer a Mara también, además de unas cuantas verduras para cenar.
Kuchel:-Hemos vuelto, señora Laura- dijo con una sonrisa a la señora de avanzada edad sentada detrás del negocio.
Laura:-Parece que Levi hizo una amiga- dijo con clara felicidad al ver a la pequeña niña abrazada al pequeño azabache que nunca lo veía con una compañía que no sea su madre.
Kuchel:-La encontramos en el callejón que hay más adelante- dijo señalando con su dedo la dirección de donde venían- Estaba sola tapada con un saco marrón que parece de un hombre, ¿la ha visto antes alguna vez?
Laura:- La semana pasada cuando estaba por irme a mi casa luego de cerrar el negocio vi a un hombre llevando algo en sus brazos, algo de color marrón oscuro, no pude ver mucho ya que las llamas de las lámparas de aceite ya se estaban existinguiendo, ¿Habrá sido la niña? Nunca podría haberme imaginado que algo así pueda pasar.
Kuchel: -¿Crees que su padre podría haberla abandonado aquí? Esto es horrible.
Laura:- Debe haber sido horrible para ella, pero parece que ahora está en buenas manos- dijo observando a los dos niños abrazados.
Kuchel:-Hoy tendré que llevar para una porción extra- dijo sonriéndole a la señora -Le gustó mucho la frutilla que le diste a Levi, así que dame un poco más para ella, por favor.
Laura:-Enseguida- Luego de poner todo lo pedido en una caja se acercó a la niña para agacharse a su altura- Hola pequeña, parece que Levi encontró una linda amiguita, ¿Cómo te llamas?- Mara la observó mientras sus mejillas tomaban un fuerte color rojo, se tapó su cara con sus pequeñas manitas para luego esconderse bajo los brazos de Levi.
