Seduciendo a un Caballero (adaptación) Emiliaco

capitulo 23

-Oh dios mío- dijo Joaquín

- Está casa es preciosa. Dijo mirando por todas partes la casa.

-¿De quién es? ¿Quien te la presto?- Él estaba verdaderamente maravillado.

-¿Quieres que te diga la verdad?- pregunto con cautela Emilio.

-Si, claro por supuesto- y tomó a Emilio de la mano para correr al interior de la casa.

-De verdad que es preciosa boy a adorar estar aquí todo el fin de semana-. Se callo un momento y miro a Emilio-. ¿Y bien quien te la presto?

-Es mía Joaquín.-¿Es tuya? Pensé que me habías dicho que te la habían prestado.

-Esto dije. No quería que te sintieras como si yo estuviera en mis dominios y tú no.

-¿Que?- No entendía que había dicho Emilio

-¿Crees que no me voy a sentir cómoda en una casa tan bella como está?- Emilio asintió.

-Obviamente, no tienes el gusto que tiene un artista- se señaló con su mano.

-Mientras encontramos algo estético con arte, bellos nos vamos a sentir cómodos.

- Enmarcó el rostro de Emilio entre sus manos y le dió un tierno beso en un susurro le dijo -¿Porque no mejor me enseñas el resto se la casa y hacemos lo que vinimos a hacer?- ¿Disfrutar el fin de semana? -termino Emilio por el mientras pasaba uno de sus brazos por la parte posterior de las rodillas de Joaquín para poder llevarlo en brazos hasta el cuarto.-

-Absolutamente- concedió Joaquín mientras le rodeaba el cuello con los hombros y lo besaba tierna pero apasionadamente.

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¿Estas feliz?- pregunto Diego a Renata mientras se despedía de ella.

-Mucho pero un mes exactamente seré la mujer más feliz del mundo- lo abrazo - y tendré al esposo más maravilloso del mundo.

-No espero a que Diego le contestará y lo beso.

-Por favor, Mariana solo quiero su teléfono- suplico Harry - por favor.

-Disculpeme licenciado pero no puedo, lo juro el Sr. Emilio me prohibió darle cualquier información sobre el joven Joaquín. Y el Sr. Diego tampoco me dejaría hacerlo. De verdad no puedo ayudarlo, si lo hago me voy a meter en problemas.

-Emilio escogió bien una secretaría muy leal. Está bien, está bien- se rindió- puede saber dejaré de insistir pero sólo piensa que si me das tu teléfono harías a un hombre muy feliz- le sonrió enigmaticamente.

-De verdad no puedo hacerlo- dijo disculpándose con una sonrisa.

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- te gusta?- le pregunto Emilio a Joaquín mientras lo abrazaba por detrás y le besaba el cuello.

-Me encanta, se ve increíble todo es tan... natural, tan bello, tan armonioso.

El último piso de la casa donde estaba era un verdadero paraíso las luces que había tenía baja intensidad las telas de gasa que eran arrastradas por el viento que forman una pequeña tienda y el cielo lleno de estrellas que creaban una atmósfera perfectamente romántica.

-¿Quien la decoro, tengo que felicitar a la persona que lo hizo.

Por la mente de Emilio paso a la imagen de Alann  que le pedía  una y otra vez que se deshiziera de la tienda, las luces y las plantas para poder conseguir el gimnasio.

-Mi madre, ella fue quien lo decoro. Yo me la pasaba aquí jugando cuando era niño.

-¿Dónde está ella ahora?- pregunto Joaquín.

-Viajando, es algo que le encanta hacer y a mi me gusta que lo haga. Si ella es feliz yo también soy feliz.Joaquín se giró entre sus brazos y lo abrazo.

-Es un lugar muy romántico, perfecto para hacer...

Pero antes de que Joaquín pudiera terminar lo que estaba diciendo emi le bajó su cabeza y sus labios con los de lo siguiente que supo Joaquín porque estaba recostado contra los Camastros que había en la terraza y que esa noche fue perfecta para el porque Emilio y el habían pasado la noche entera amándose.