Capítulo 2

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Viernes. Eran las 8:40 de la mañana cuando Emilio llegó al restaurante Solea. Un mesero lo llevo hasta su mesa estaba lista para dos personas, el mesero retiro la silla y Emilio tomo asiento.-

- Buenos días señor ¿algo de tomar? pregunto el mesero.

E- solo un café por favor gracias, respondio Emilio.

El mesero garabateo algo en su pequeña libreta y se alejo de la mesa caminando lentamente. Emilio miro su reloj . Maravilloso faltaban 15 minutos para hacer que su viejito llegará. Bueno no tenía mucho que hacer así que decidió admirar el paisaje.

Claro que en el restaurante no había mucho que observar, hasta que sintió una mirada sobre el. Cuando levanto la visto se encontró a un hombre lo miraba de cuando en cuando, con sonrisas coquetas y jugando con su rubio cabello. En ese momento el mesero obstruyo el contacto visual, cuando le llevo el café a Emilio.

Cuando volvió a ver al rubio, el lo seguía mirando discretamente por el rabillo del ojo, Emilio le puso un poco de leche y azúcar a su café con la mirada fija en él. El hombre volteo abiertamente, sonrió y le guiño un ojo, Emilio solamente levantó su café en modo de saludo y dió un trago sin despegar la mirada de él.

J: Si ya terminó de estar coqueteando ¿ Puedo sentarme? - pregunto una voz masculina  a su lado

Emilio se atragantó con el café, pero se puso de pie inmediatamente. Cuando miro al joven que estaba a su lado se quedó anonadado. Sus ojos miraron cada centímetro de su cara, su sedoso cabello castaño y sus....
- No estaba coqueteando- logro al fin decir.

J:  No claro que no dijo Joaquín dándole por su lado. ¿ Puedo sentarme?

E: Aunque me encantaría compartir la mesa contigo me temo que no puedes - aclaró el

J : ¿No es usted el Licenciado Osorio?

- si soy yo pero estaba esperando a....

J: A mi- dijo el terminantemente interrumpiendolo.
La mirada de Emilio lo recorrió por completo.
Tratando de no demorarse mucho en su cuerpo, miro su crop top negro y sus pantalones blancos y sus zapatos. Después de su riguroso examen volvió a mirarlo a los ojos.

E: - No, creo que no  joven yo espero a un pintor mayor ...

J: Si con mayor se refiere a un gran pintor entonces gracias..

E: - No, hablaba de una persona de la tercera edad.

J: - ¿ Acaso parezco un hombre de la tercera edad? La voz de Joaquín estaba teñida de indignacion.

E: - no por supuesto que no. Yo no dije nada asi- se apresuro a aclarar Emilio.

J: - Acabas de decir que estabas esperando a un hombre de la tercera edad cuando me esperabas a mi.

E: -¿Tu.... tu eres Joaquín? - pregunto un poco anonadado.

J: - si yo soy - Emilio no dijo nada - ya puedes cerrar la boca eh.

Instantáneamente Emilio reaccionó, rodeo la mesa y retiro la silla para que Joaquín tomara asiento.

E: - perdón, es que... me dijieron que era un hombre mayor , simplemente no me esperaba a alguien como tú. Sientate por favor.

J: - Gracias - paso frente a Emilio y el aroma se quedó grabado en su memoria.

Emilio volvió a su lugar y sento. No hizo nada, no hablo ni se movió. Solo se dedicó a observarlo.

J: - si ya terminó su examen sobre mi persona ¿ Podemos empezar con mi problema?
- sintiéndose un poco incómodo ante el estudio de Emilio.

E: - ¿Puedo hacerte una pregunta antes de cualquier cosa? - el asintio- ¿Porque hiciste una cita a tan temprana hora?

Esa pregunta no era para nada de lo que el esperaba.

J: Pues porque tengo que desayunar, además, no tengo horario bien definido y esta es la única hora a la que podía-

Joaquin tuvo la sensación de que Emilio no había escuchado ni una sola palabra de lo que dijo - este... ¿Podemos comenzar? -

E: - ¿Que ?... Ah sí, claro, claro. Voy a llamar al mesero para ordenar.

Seduciendo a un Caballero (adaptación) EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora