capitulo 56

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antes de iniciar el capítulo quisiera agradecer por estar leyendo está historia en esta resubida de historia ahora sí

continuamos..........

Y la respuesta instantánea fue: Sííííí.

Emilio se puso de pie y la volvió a besar, sin embargo ahora solo fue un beso rápido y suave, casi casto.

- Ven, tenemos mucho que hacer.

- ¿Ah si? - preguntó Joaquín- ¿Cómo que?

- Primero, vamos a ponerte un anillo en el dedo... y después le vamos a anunciar a todo el mundo que nos vamos a casar.

- ¿Te gusta? - le preguntó Emilio a Joaquín mientras tenían las manos entrelazadas y los dos admiraban el anillo que recién le había puesto él.

Una delicada cinta dorada sostenía un diamante de mediano tamaño y otros dos pequeños a los lados, transparente, puro y limpio.

- Me encanta, pero no tenías por qué darme un anillo, no era necesario.

- Sí que lo era. Sino como iban a saber el resto de los hombres que están ahí afuera que eres mío y sólo mío.

- ¿O sea que sólo es una forma de marcar tu territorio?

- No, es una advertencia al resto de los hombres, que si te tocan, los mato.

- Una forma de marcar tu territorio entonces - concluyó el con una sincera sonrisa en los labios. Emilio gruñó ante su conclusión, aunque sabía que el tenía razón. - Sabes, no sé si me gusta tu faceta de hombre celoso. Además, no la necesitas.

- Confío en ti - respondió Emilio captando el mensaje a la perfección -, en quien no confío es en todos los hombres que están ahí afuera.

- ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que me guste otro más que tú? - Joaquín hizo como que meditaba las preguntas. - Tal vez tenga que experimentar con más hombres. Qué tal que tu no eras el indicado y ya no hay marcha atrás y tenemos que estar juntos para siempre.

- No voy a dejar que te vayas de mi lado, ni que otro te aparte de mí - dijo Emilio seriamente, aunque un poco enojado.

- Decidido - dijo Joaquín -, me gusta tu faceta de hombre celoso - se acercó a él y le dio un beso en los labios -.

- ¿Estás listo para irnos? - preguntó Emilio cambiando de tema.

- ¿Irnos? ¿A donde?

- Te dije que después de ponerte un anillo en el dedo, le diríamos a todo el mundo, y esas son muchas personas así que tenemos que iniciar. Primero tu hermano.

Un golpe en la mandíbula tomó desprevenido a Emilio y lo dejó en el suelo.

- ¡Christian! - gritaron Joaquín y Niko al mismo tiempo.

- Se lo merecía - dijo simplemente él.

- Pero no tenías porque golpearlo - le dijo Niko.

- Él tiene razón - dijo Emilio desde el suelo mientras se levantaba -, me lo merecía.

- No era para tanto, Christian - lo recriminó Joaquín .

- ¡Te dejó embarazado! ¿Y aún así no quieres que lo golpee? Creo que las pinturas están empezando a hacerte daño.

- Estoy perfectamente bien, y ahora me gustaría mucho que te callaras y escucharas lo que vinimos a decirte.

- Nos vamos a casar - dijo Emilio sin preámbulos.

La reacción de Niko fue dar un chillido de alegría y abrazar a Joaquín . La de Christian fue... golpear otra vez aquí.

- Maldición, Christian. Quieres dejar de pegarle, vas a hacer que se arrepienta - dijo Niko al darse cuenta de que Emilio nuevamente estaba en el suelo.

- Se va a llevar a mi hermanito de mi lado, ¿sabes cómo se siente?

- Exagerado, ahora vives con Niko, ni siquiera te va a afectar un poquito - dijo Joaquín .

- Herido, en lo más profundo del corazón - respondió Christian con una mano sobre el corazón para darle más dramatismo.

- Cállate ya y dame un abrazo - le dijo Joaquín , él así lo hizo, después se volvió a Emilio y le dio la mano.

- Si lo vuelves a lastimar te vas a ganar más que un par de golpes.

- Si lo vuelvo a lastimar - dijo Emilio - el castigo me lo infligiré yo.

- ¿Dónde estamos ahora? - preguntó Joaquín mientras miraba la casa que tenía enfrente, era hermosa

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- ¿Dónde estamos ahora? - preguntó Joaquín mientras miraba la casa que tenía enfrente, era hermosa.

- Ven - fue la gran respuesta de Emilio lo  tomó de la mano y lo guió hasta la puerta. Tocaron el timbre y esperaron. Una muchacha bajita vestida de blanco abrió.

Joaquín y Emilio estaban sentados en una bella sala, Joaquín no podía dejar de admirar la belleza de la habitación, ni de preguntarse de quien era la casa.

Por fin la puerta se abrió, dando paso a... Renata  esa era la casa de Renata , lo que significaba que Diego también estaba ahí.

- Me da gusto verlos juntos. Ya me estaba preocupando, pensé que el cerebro de Emilio no funcionaba como debía.

- Funciona mejor de lo que esperas, Renata . Joaquín y yo nos vamos a casar.

Todavía en muletas, Renata fue lo más rápido que pudo para abrazarlos a los dos. - Muchas felicidades, ustedes dos nacieron para estar juntos.

- A mí también me gustaría felicitarlos - dijo la voz de Diego desde la puerta.

Joaquín se tensó, pero Emilio le apretó la mano dándole todo su apoyo. Diego se acercó a ellos.

- Emilio , Joaquín , felicidades.

Ambos se quedaron petrificados, viéndolo como asombrado.

- Joaquín - intervinó Renata-, me acompañarías a la cocina para preparar un brindis por ustedes.

- Sí, claro Renata.

En completo silencio Renata y Joaquín salieron. Al cerrar la puerta Renata dio un suspiro.

- Perdona a Diego , no es muy expresivo, aparte de que sabe que metió la pata contigo y el orgullo no lo deja superarlo. Ha sido la felicitación más escueta que he tenido la desgracia de escuchar.

- No te preocupes, Renata . Vamos por las copas.


Dentro de la habitación...

Los hombres se miraban. Por fin Diego  se decidió a tender su mano a Emilio para estrecharla. Emilio  miró la mano, después la tomó con una sonrisa, la estrechó y después siguió con un abrazo. Ellos empezaron a reír.

- Es muy bello - dijo Diego.

- Lo sé, es maravilloso.

- Realmente espero que seas muy feliz con ella, Emilio ... Amigo.

- Lo seré, estoy seguro.

Al mirarlo fijamente Diego frunció el ceño. - ¿Qué te pasó en la mandíbula? Se te está hincando.

- Oh, fue el hermano de Joaquín después de que hablamos con él.

- Oh... creo que no voy a provocarlo, no quiero terminar como tú.

Seduciendo a un Caballero (adaptación) EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora