Joaquín estaba de acuerdo con Harry: Renata era una novia hermosa. Harry lo condujo al interior de la iglesia y se sentaron en unas de las bancas.
Cuando la marcha nupcial empezó a tocarse, Renata entró en la iglesia y empezó a caminar hacia el altar, donde Diego la esperaba con una gran sonrisa.
Joaquín sintió una punzada en la espalda cuando vio que Renata llegó junto a su futuro esposo. Éste le tendió su mano y la ayudó a subir al altar, sin duda la mirada que intercambiaron era de amor.
El padre comenzó a hablar y todos los presentes se sentaron. Entonces Joaquín se puso a buscar a Emilio , pero cuando pasó la vista por los presentes no lo vio.
Se dispuso a buscar más minuciosamente, y fue cuando se dio cuenta de la gran diversidad de rostros que había. Sin duda Diego y Renata estaban rodeados de personas que los querían, pues todos miraban hacia el frente muy pendientes de toda palabra dicha por el padre
Hasta que se topó con un rostro que no miraba al frente, sino que más bien hablaba con susurros y risitas ocultas tras sus manos. Era un hombre , de cabello rubio y ojos azules, era muy hermoso. Sin embargo el parecía ignorar que estaban en medio de una misa, porque seguía diciéndole cosas al hombre que estaba a su lado. En ese momento, encontró a Emilio.
Él se agachaba para poder escuchar todo lo que él decía y se reía de sus comentarios, del mismo modo que en algunas ocasiones también le susurraba cosas al oído a las cuales él le contestaba con un ligero golpe en el hombro.
El padre dio una señal y todos los presentes se pusieron de pie. Joaquín lo hizo más por inercia que por poner realmente atención. Siguió mirando a Emilio y al hombre que lo acompañaba. El era delgado y en ese momento su cuerpo era realzado por el traje atrevido que estaba usando, sin duda un traje hecho para atraer la atención de los hombres; y al parecer con Emilio lo estaba logrando.
- No sé qué costumbres tengas, pero creo que es de mala educación mirar tan fijamente a las personas - le dijo Harry al oído.
Joaquín no le contestó, simplemente miró al frente, pero de todas maneras pudo sentir la sonrisa de Harry. Entonces decidió que no volvería a mirar a Emilio y al hombre y que se iba a concentrar exclusivamente en las palabras del sacerdote.
Pero no lo logro. Cada vez que podía él los volteaba a ver, y cada ocasión los encontraba mirándose a los ojos y riéndose.
Afortunadamente para Joaquín, la misa no tardó en terminarse, por lo que pudo salir de la iglesia para recibir a los recién casados. Harry no se le despegó ni un segundo.
Entre pétalos de rosa blanca, arroz y vítores Renata y Diego salieron de la iglesia y después de saludar a muchas personas y de tomarse centenares de fotos los novios se subieron a un auto para ir a la fiesta.
Cuando los demás invitados siguieron a los novios, Joaquín vio a Emilio, quien seguía con ese hombre . Su indignación creció a un más cuando se dio cuenta de que él no iba ni siquiera a saludarlo sino que se fue, acompañado por el rubio hacia su carro.
Harry por su parte hizo lo mismo, lo escoltó hasta su coche y la llevó al lugar donde se celebraría la fiesta.
Pero todo el enojo, frustración y tristeza que sentía en ese momento se disipó. Era un jardín bellísimo, repleto de flores blancas, las mesas estaban dentro de una carpa blanca; con la luz del sol era un momento realmente encantador, pero de noche sería un momento mágico.
Otra vez Harry la condujo hacia la mesa donde tomarían asiento. Allí ya habían dos parejas más. Y Harry se las presentó.
- Joaquín, te presento a Luja y Teo, grandes amigos de Renata y Diego y por supuesto también míos. - Se volvieron hacia la otra pareja -. Y ellos son Tomás y Pilar, igualmente amigos nuestros. El es Joaquín.
Joaquín los saludó felizmente, pero no pudo evitar notar que todavía quedaban un par de sillas vacías en la mesa, espero a que alguien se acercara para ocuparlas pero no pasó. El resto de los invitados ya había tomado sus lugares.
Los meseros salieron a repartir pequeños platillos entre los invitados, ya que para la hora en que la cena se servirían todavía faltaban cerca de 4 horas.
Y mientras comía Joaquín fue conociendo a Pilar, Luja, Teo y Tomás, como se habían conocido con Harry, Renata, Diego, pero el desvía el tema cada vez que alguien le preguntaba acerca de su vida.
Una hora más tarde, los meseros regresaron para retirar los platos y llenar con champaña las copas de los invitados.
- Vaya, al fin llegó Emilio - dijo Tomás.
- Espero que Renata no lo mate por llegar tarde - dijo divertido Teo.
Joaquín miró enseguida a la entrada del jardín, y lo vio. Seguía con ese hombre , y no pudo evitar pasar por alto que el no usaba el mismo traje, aunque el que vestía ahora era igual de atrevido. Tampoco pudo evitar preguntarse la razón por la que ella se había cambiados: tal vez el y Chris habían...
No. no iba a permitir que sus pensamientos fueran en esa dirección. Sintió como el enojo crecía nuevamente dentro de el, sobre todo porque los dos se dirigían hacia la mesa donde él estaba sentado, y estaba seguro de que iban a ocupar las dos sillas que restaban.
Y para aumento de su indignación, Emilio le retiró la silla al hombre y el tomó asiento, se disponía a saludar a las otras personas pero el padre de Renata se puso de pie con su copa en la mano. Éste empezó a dar un discurso hablando de lo encantadora que era su hija, lo buen hombre que era Diego y algunas amenazas que le hizo a éste último si se atrevía a lastimarla ( y Diego sabía que hablaba en serio). Entonces pidió a todos los presentes que se pusieran de pie e hicieran un brindis por los recién casados.
Pero Joaquín apenas le dio un sorbo a su copa y la dejó. Lentamente, casi a hurtadillas se fue alejando de la mesa: no quería estar ahí ni un minuto más. Estaba seguro de que nadie notaría que el faltaba, y con nadie se refería específicamente a Harry , él no notaría que la silla a su lado estaba vacía al menos por un rato.
Quería conocer el jardín completo, parecía un lugar muy grande y precioso, pero no lo logró. No estaba ni a 30 metros de la carpa donde estaban todos los invitados cuando una mano le sujetó el brazo
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Seduciendo a un Caballero (adaptación) Emiliaco
RomancePara todos Emilio tenía una vida perfecta, no le hacía falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increíble, un carro último modelo y un novio hermoso. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día antes de...