18º Noticias Inesperadas

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Después de que Gerard y Frank arreglaran las cosas todo había estado excelente para la pareja. Ambos habían llegado al acuerdo de que no importaba cuanto se quisieran, había cosas que sus diferentes naturalezas les impedían hacer. Pusieron límites en su relación que eran necesarios aunque eso le doliera a Frank ya que tenía unas inmensas ganas de hacer el amor con Gerard. Sabía que no podía y que probablemente jamás lo harían, pero también estaba seguro de que Gerard era el indicado.

Era principios de Octubre. Tanto la escuela como el vecindario de Frank comenzaba poco a poco a llenarse de adornos escalofriantes: telarañas falsas, fantasmas de sábanas, lápidas de papel maché... Lo cierto es que Frank tenía una relación de amor/odio con el Halloween. Por una parte le encantaban las decoraciones y todo lo que tuviera que ver con el terror, sin embargo lo odiaba ya que nunca lo invitaban a las fiestas, ni a los concursos de disfraces y siempre terminaba pasando su cumpleaños solo con Teodora mirando el especial de Halloween en la televisión y comiendo pastel de calabaza.

—¡llegue!—gritó Frank una tarde al llegar a casa pero no escucho respuesta de Teodora.

Frank la buscó por toda la casa hasta que la encontró en una de las habitaciones del segundo piso. La mujer estaba al teléfono y parecía que habían interrumpido en plena limpieza.

—claro, yo le avisaré señor—decía la mujer entusiasmada—...por supuesto, él estará muy feliz...de acuerdo, adiós.

—Teodora—la llamó Frank cuando está colgó el teléfono.

—Ah, hola Frankie, Justo acabo de colgar con tu padre.

—¿papá llamó?—preguntó Frank, su padre nunca hacía eso—¿que quería?

—ya terminaron de rodar la película así que sus padres vendrán justo a tiempo para festejar su cumpleaños—exclamó ella llena de ilusión.

Frank sintió de todo menos alegría. En el pasado tal vez se habría sentido el Niño más feliz del mundo al escuchar semejante noticia pues era su más grande deseo. Sus padres nunca estaban en casa y su cumpleaños no era la excepción, siempre terminaban mandándole una tarjeta de feliz cumpleaños y regalos extremadamente caros.

Pero este año era distinto. Frank no ansiaba ver a sus padres, ni regalos caros. Ahora lo que quería era salir y divertirse con Gerard y Mikey, a los que comenzaba a considerar su verdadera familia.

—eso es asombroso...—respondió Frank tratando de fingir entusiasmo.

—lo sé, hace mucho tiempo que tus padres no venían de visita y mucho menos en tu cumpleaños, estoy muy emocionada.

—yo también—dijo entre dientes.

—¿que quieres que prepare esa noche? ¿Pavo? ¿O prefieres algo más simple? Puedo hacer pizza, ah y por supuesto que te haré un pastel de calabaza...¿o prefieres pay?

—lo que sea estará bien Teo, toda tu comida es deliciosa—eso lo decía sinceramente.

—bien, iré a la cocina y planearé todo—la mujer se dirigió a la cocina pero después se volteó—ah por cierto, no pude evitar contarle a tus padres que ya tienes amigos—volvió a decir con emoción.

—¿hablas de...?

—Brendon y Ryan ¿de quien más?

—ah claro, mis amigos Brendon y Ryan...

—tus padres están ansiosos por conocerlos—exclamó—dijeron que los invitaras a la cena por tu cumpleaños, será grandioso.

—si, grandioso—Dijo de manera incómoda.

Todo apuntaba a que sería un desastre. Primero sus padres en casa y después Brendon y Ryan, sus falsos amigos. Estaba en problemas.

Corrió a casa de Gerard y Mikey. Necesitaría su ayuda.

El Vampiro de la Calle 37 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora