25º La sorpresa

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Frank esperó una semana hasta tener la mejor idea de cómo decirle a Gerard que irían a Japón. Pensó en diferentes maneras de hacerlo cómo comprarle sushi pero no tenía caso ya que el vampiro no podría saborearlo. Al final optó por comprar una postal en una tienda de cosas asiáticas donde se apreciaba la imagen del monte Fuji. Le había escrito en la parte de atrás una nota: "desearía que vinieras conmigo".

Se dirigió a casa de los hermanos que aún se encontraba en remodelación. Habían quitado gran parte del suelo y las paredes. Casi toda la casa estaba llena de polvo y era casi inhabitable. Frank les había ofrecido quedarse en su casa pero ambos se negaron. Los hermanos sentían una gran conexión con esa casa pues había sido la única en la que habitaban vivido por décadas, así que no tenían planes de abandonarla próximamente.

— Hola Mikey— saludó Frank al menor de los vampiros.

— hola Frank— respondió este haciéndole pasar— Gerard se encuentra en el estudio.

El estudio se encontraba totalmente desordenado, casi todo estaba guardado en cajas y la pared estaba completamente destruida. Gerard le había puesto una gran bolsa de plástico para evitar que entrara la luz solar.

—Frankie—exclamó Gerard al verlo y corrió hacia él. Lo rodeó con sus brazos elevándolo del suelo y dio varias vueltas demostrado su felicidad— te extrañe tanto...

Frank río con las vueltas.

—créeme que yo también te extrañe muchísimo.

—ven, necesitaré tu ayuda para escoger el nuevo papel tapiz del estudio— Frank bajo su mirada al escritorio y se dio cuenta de que había como 30 muestras diferentes— quiero algo que exprese mi lado artístico pero que no sea demasiado extravagante.

—yo también quería que me ayudaras con una cosa...— mencionó Frank refiriéndose al viaje a Japón.

—Claro—exclamó el mayor— lo que sea, ¿de que se trata?

—verás...— Frank se llevó la mano a su bolsillo pero antes de que pudiera hacer algo escucharon la voz de Mikey desde la sala.

—¡Gerard!— exclamó este— ¡llegó un paquete!

—aguarda un momento...— Gerard salió de la habitación seguido por Frank. En la sala de estar se encontraba Mikey con una gran caja.

—Son las lámparas nuevas que pedimos.

—oh, al fin llegaron. Se verán increíbles.

—espera a que las veas Frank, quedarás impresionado.

Gerard abrió la caja con cuidado y de su interior extrajo unas hermosas lámparas de cristal blancas con tocados dorados.

—¿qué opinas?—preguntó a Frank extendiéndole una de las lámparas.

Frank la sostuvo en sus manos.

—es realmente te hermosa, la casa quedará increíble.

Frank le devolvió la pieza a Gerard que en un movimiento torpe la dejo caer al suelo y está se rompió en mil pedazos.

—¡Gerard!—exclamó Mikey—costaron una fortuna.

—Lo siento, encargaré más...—los hermanos iniciaron una discusión pero Frank simplemente los ignoro y fue por una bolsa de basura para recoger los pedazos. Se puso en cuclillas y tomó uno de los pedazos de cristal con sus dedos. Estaba a punto de meterlo a la bolsa cuando alguien lo detuvo sosteniéndole la muñeca.

—no deberías tocar eso Frank, está afilado—era Mikey quien lo había detenido con expresión seria. Le quitó el cristal de la mano y lo metió dentro de la bolsa.

—tienes razón—contestó pensado en lo tonto que había sido.

—Gerard se encargará de eso.

Frank se puso de pie y Gerard apreció a su lado con la escoba. ¿Qué estaba haciendo?¿a quién se le ocurría ponerse a recoger cristales en una casa con dos vampiros? Lo mejor sería que se sentara y no estorbara pero Justo cuando se dirigía la sillón tropezó con un pedazo de madera del piso que había sido levantado de su lugar.

Cayó al suelo. Ya no había alfombra para amortiguar la caída, únicamente una madera raspada y desgastada. Se dio la vuelta para quedar sentado en el suelo. Miro sus manos y sus rodillas y palideció al instante. Sangre.

Se había raspado con la madera astillada.

Los hermanos olieron la sangre al instante pero sus reacciones fueron completamente distintas. Las pupilas de Gerard se dilataron, dejó caer la escoba y los colmillos quedaron al descubierto. Gerard dejó de ser el mismo para volverse completamente salvaje. Este de abalanzó sobre Frank dejándolo completamente inmóvil contra el suelo. Inmediatamente Mikey apareció detrás de ellos y con la fuerza de un solo brazo tomó al mayor del cuello, lo levantó y lo lanzó atrás. Gerard aterrizó sobre el paquete de lámparas destruyéndolas completamente.

—¡Frank corre!—gritó.

Frank no espero ni un segundo. Rápidamente se levantó y corrió hacia la puerta principal, si lograba salir a la luz del sol podría tomar ventaja.

Gerard se levantó y cuando Mikey intentó detenerlo este lo golpeó tan fuerte que el más chico de los vampiros salió volando contra la pared de la cocina.

Gerard, completamente cegado por sus instintos y sediento de sangre alcanzó a Frank Justo antes de que pudiera salir. Lo tomó de un brazo y lo lanzó hacia el interior de la casa.

Frank cayó sobre los vidrios rotos de las lámparas. Si antes tenia simplemente unos rasguños ahora se encontraba realmente herido y sangrando. Gerard avanzó rápidamente hacia él pero Mikey se interpuso entre ellos y comenzó a pelear con su hermano.

Frank aprovechó que Mikey estaba distrayendo a Gerard y se arrastró hasta el estudio dejando un gran rastro de sangre en el suelo tras de él. Una vez ahí, Gerard apareció nuevamente más sediento y furioso. Antes de que pudiera hacer algo, Frank tomó la gran bolsa de plástico que habían colgado y tiró de ella. La luz solar entró en la casa e iluminó el rostro de Gerard. Este retrocedió gritando y en ese momento Mikey apreció y con la escoba y la partió en dos en la cabeza de su hermano. Eso pareció desorientar a Gerard, lo cual Mikey aprovechó para inmovilizarlo.

—¡Corre Frank!—exclamó sostenido a su hermano—¡yo lo detendré!

Como pudo se levantó y caminó lo más rápido que pudo hasta llegar a la calle.

Ya en la calle se detuvo. Miro su pierna y sus brazos. Tenía cristales en la piel y sangraba mucho. Dio un último vistazo a la casa de los vampiros de la cual alcanzaba a escuchar algunos gritos de ira del mayor. Se llevó la mano al bolsillo y sacó la postal que estuvo a punto de entregarle a Gerard.

Desearía que vinieras conmigo. Leyó manchado de sangre.

El Vampiro de la Calle 37 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora